COSAS DEL TIMING
El
miércoles pasado a media mañana me dispuse a llevar trastos inútiles al
ecoparque del pueblo de al lado de donde veraneo, que da servicio a la comarca.
Cargué el coche con aparatos que no funcionan, la maleta de Vente a Alemania Pepe, ropas que no se han usado desde que Amstrong
pisó la Luna y otras utilerías prescindibles. Al llegar a la instalación me
encuentro el lugar cerrado con el siguiente cartel:
HORARIO
Lunes: de 9.00 a 13.00
Miércoles: de 15.00 a 19.00
Jueves: de 09.00 a 13.00
Sábados:
de 09 a 13.00
Veamos:
estamos en agosto, fechas en las que los pueblos del interior, de natural
vacíos (o vaciados, como prefieran) se llenan de veraneantes, gentes —como
quien esto escribe— en su mayoría de limitados posibles y menos glamur, que
intentan por todos los medios de deshacerse de las figuritas que los abuelos —en
su tránsito a lo desconocido— dejaron encima de la tele de la casa del pueblo,
hules para la mesa de la cocina y escenas de ciervos en las paredes.
¿Y gestionan
la instalación con tan extravagante horario? ¿Quién, aparte del empleado, puede
intuir que un lugar así puede estar abierto por las mañanas excepto los
miércoles, en que caprichosamente abre por la tarde? Vale que los domingos esté
cerrado, ya que es fiesta de guardar, pero, ¿qué tienen los Supercicutas contra
los martes y los viernes? ¿Es que no se puede uno deshacer esos días de los
pucheros descascarillados de la abuela?
Volvía de
mi frustrado viaje al ecoparque cargado de todos los malditos cachivaches
inútiles, pensando que el maldito horario lo había impuesto alguien con el único
propósito de disuadir a las personas que aún se guían por la lógica, cuando
escuché por la radio el inminente advenimiento de la quincuagésima segunda ola
de calor del año y los preparativos que mi ciudad lleva a cabo para resguardo
de las personas vulnerables. La responsable municipal valenciana habla de
diversas fuentes de agua fresca y filtrada repartidas por la ciudad y de un
nuevo refugio climático, abierto de 11 a 19 horas (las fuertes de calor) todos
los martes y viernes.
¿Había
oído bien? ¿Me estaban diciendo que todos los martes y viernes se abre un local
climatizado para que sirva de refugio contra el calor? ¿Es que la ponentá sabe de días de la semana? Por
un momento pensé que la persona que atendía el ecoparque era la misma que abría
el refugio, lo que inmediatamente descarté puesto que está a 100 kilómetros de
distancia un lugar de otro. En ese momento me percaté de que se trataba de toda
una estrategia del absurdo; que era como si hubieran dado las riendas de la
gestión pública a Tip y Coll.
Y los
émulos de Tip y Coll decidieron que la ciudad fuera descartada como sede del
mundial de fútbol de 2030, que tanto anhelaban. Tras diez años de obras paradas
en el que iba a ser el nuevo estadio de Valencia y del Valencia C.F, los
distintos agentes (club, Ayuntamiento y demás guionistas del absurdo) lograron
ponerse de acuerdo para el reinicio de las obras… Exacto: un par de días
después de que se cerrara el plazo para la toma de decisión del organismo
competente.
¡Viva la
Pepa!
Román
Rubio
Agosto,
2024