En agosto de
1994, siendo Presidente de la República François Mitterrand, la Asamblea
Nacional Francesa aprobó la conocida como Ley Toubon, tomando el nombre del
Ministro de Cultura del gobierno galo del señor Balladur. El contenido de la
ley era la defensa de la lengua francesa estableciendo la obligatoriedad de uso
de la misma en los ámbitos de organismos
públicos, educativo y publicitario y creando, para su vigilancia, organismos como
el Consejo Superior de lo Audiovisual o la Oficina de Verificación de
Publicidad, siendo el objetivo de esta última, velar porque las inscripciones
en la vía pública o medios de transporte fueran hechos en correcto y genuino
francés.
El Senador
Philippe Marini (UMP) formuló con posterioridad una proposición de ley que
desarrollaba la Ley Toubon en el campo de la empresa; de manera significativa
en la informática. El vocabulario empleado por los sistemas, incluso en los
mensajes de error, debían aparecer en un correcto y ortodoxo francés.
La realidad es
que estas iniciativas del gobierno galo han sido moderadamente exitosas si se
tiene en cuenta que se interpuso contra ambas un recurso al Consejo
Constitucional amparándose en el punto 11 de la declaración de los Derechos del
Hombre referido a la libertad de expresión.
Si el
contenido de la Ley era la defensa de la lengua francesa, el verdadero objetivo
era la protección de la misma de la depredación y devastadora hegemonía del
inglés, cosa que los franceses no han llevado nada bien desde que, a mediados
del siglo pasado, la lengua inglesa se impusiera en el mundo de manera
inequívoca como lingua franca arrasando con todas las demás, confinándolas, a
todas, al ámbito doméstico. ¡Tú habla tu lengua puertas adentro e inglés
siempre que quieras salir, aún al país vecino! -parecen decir. Querían –los
franceses- liberar sus calles de carteles de la pretendida agresión del
cosmopolitanismo cutre anunciando los beneficios del fitness, wellness, body buiding y XTream training… los escaparates de las agencias de viaje de weekends en Europa, snowboarding, skateboarding y surfboarding en cualquier lugar del
planeta y de los innecesarios hardware,
software coworking, crowfunding y
computing de cualquier lugar en donde se podían obtener productos o
servicios de ordinateur, más
sencillos como logiciel, matérial informatique, travaille cooperative, etc.
No estoy en
disposición de juzgar el nivel de éxito de las medidas francesas ya que no vivo
el día a día del país vecino, pero me atrevería a decir que ha sido moderado si
no modesto, a pesar de ser Francia el país que más intensa y insistentemente se
ha opuesto al dominio del inglés. Ahora bien ¿tienen razón en adoptar esa
postura “antihegemónica”? ¿La intromisión del inglés en la lengua francesa es
igual o superior a la influencia francesa en el inglés? Veamos algunos datos:
Según el
consenso actual, el inglés “es una lengua germánica occidental originada en los
dialectos anglofrisios traídos a Britania por los invasores germanos desde
varias partes de lo que ahora es Alemania, sur de Dinamarca, y norte de los
Países Bajos.”
Es también
conocida y aceptada la influencia de la lengua vikinga (germánico
septentrional), con su poco numerosa, pero de mucho uso, aportación léxica y su
contribución a la simplificación sintáctica del antiguo anglosajón (Old
English), y sobre todo, la enorme influencia del francés, sobre todo en
términos semánticos, haciendo que el léxico del inglés sea en más de un 60 por
ciento de origen francés.
En el año
1066, Guillermo el Conquistador, rey normando, invadió Inglaterra tras derrotar
a los sajones en la batalla de Hastings, llevando la lengua francesa (normanda
al principio, francesa después) y establece en el territorio un sistema feudad
en el que los señores –normandos- hablan francés y los siervos –sajones-
inglés; o anglosajón, como queramos llamarle. Y así continuó siendo durante
trescientos años, hasta que en 1349 subiera al trono Enrique IV, primer monarca de
habla inglesa en tres siglos.El lema de la monarquía británica es … Dieu
et mon droit . Un poco
afrancesado, a decir verdad. En cuanto a la
inglesísima Orden de la Jarretera (The
Most Noble Order of the Garter), la más noble y antigua orden británica de
caballería tiene como lema honi soi qui
mal y pense (vergüenza de aquel que de esto piense mal), lo que tampoco suena muy inglés, que
digamos.
El legado
francés en la lengua inglesa es formidable, en todos los ámbitos. En el
gobierno y administración: government,
royal, court, parliament, exile, noble, sir, madam…En la religión: religion, sermon, baptism, clergy, cardinal,
vicar, crucifix, saint… En
las leyes: justice, punishment, arrest,
assault, fraud, adultery, prison… En
la guerra: army, peace, navy, battle,
soldier, spy, lieutenant, sergeant…En la cultura: art, painting, sculpture, cathedral, palace, literature, romance,
prose, story, chapter…grammar, noun, gender… y también en la comida,
especialmente en la comida: si bien es cierto que a los animales les denominan
con voces germánicas: sheep, pig, cow,
a la carne que de ellos se obtiene le llaman
mutton (solo en Gran Bretaña), pork y
beef (del francés boeuf –buey-).
Es como si los sajones (pueblo llano) se hubiesen dedicado a criar animales que
ponían en la mesa de los señores normandos (nobles, ellos) transformados en
carne con nomenclatura francesa. Bueno, tenían el chicken (pollo), que era carne, al fin y al cabo y que no tiene
nada que ver con el poulet francés,
aunque poultry (mucho más cerca del poulet) es la pollería.
En cuanto a las frutas: apricot, pear, peach, orange, lemon, fig…
parece que sean todas de origen francés, excepto la manzana (apple)
y los frutos del bosque como las strawberries,
blackberries (nada que ver con el smartphone, al igual que apple), raspberries y todas las berries que, de manera más o menos
silvestre, crecen en el campo. Y las verduras: carrot, celery, courgette (zuchinni en EEUU), lettuce, pepper, cucumber, artichoke, cabbage, onion, spinach…provienen
del mismo origen.
¿Tiene sentido, pues, el recelo
del gallo ante los ladridos del bulldog cuándo ha sido él mismo quién le ha
enseñado a ladrar?
Román Rubio
#roman_rubio
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Marzo 2015
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