GENTRIFICATION
vs. DEMOLITION. EL CABAÑAL
El término gentrificación no existe en español; o más bien, no lo recoge el diccionario de la Real Academia, porque se lee en la prensa y, de vez en cuando, se escucha, luego se usa. En inglés es vocablo común; gentrification deriva de la palabra gentry que se refiere a la clase social propietaria de tierra que se sitúa por debajo de la aristocracia y por encima de la clase media; más o menos lo que en español viene a llamarse hidalguía. Gentrification se refiere al proceso de cambio o renovación que se produce en un área urbana en la que las clases medias desplazan a otros individuos de clases menos pudientes, que debido al aumento de los precios impulsados por la demanda, ya no tienen posibilidad de adquirir vivienda o pagar alquileres allí. Dicho de otro modo: el barrio se pone de moda.
Las razones
por las que esto ocurre son variadas y depende de ciudades y épocas, pero el
modo más común de desarrollo del proceso es el siguiente: un barrio,
normalmente céntrico o con otra peculiaridad de emplazamiento atractivo se
degrada por algún motivo. Un motivo común en Europa y EEUU tras la II Guerra
Mundial ha sido el abandono de los centros de las ciudades por las clases
medias en beneficio de los suburbios. El público que ocupa el barrio céntrico y
con sabor va envejeciendo y se llena de personas mayores que renuevan poco la
propiedad o que la tienen alquilada por rentas muy bajas. El barrio, en
consecuencia, se deteriora y ofrece deficiencias higiénicas y aumento de delincuencia.
Como consecuencia, la propiedad se abarata. El bajo precio hace que un sector
de la sociedad generalmente joven e innovador – artistas, jóvenes
profesionales, estudiantes, académicos, etc.-, amantes de la vida urbana,
peatones y usuarios de bicicleta busque vivienda y/o taller en el área, lo que
trae la apertura de locales comerciales alternativos: tiendas de ropa no
convencional o vintage, bares,
restaurantes librerías, espacios
teatrales experimentales… lo que proporciona al barrio una vida bohemia,
atractiva e interesante que tiene el efecto de hacer el área deseable y en
consecuencia, hace aumentar los precios de la vivienda.
Ruzafa
Este proceso
lo estamos viviendo en Valencia en algunas zonas céntricas con mayor o menor
intensidad pero es especialmente notorio en
Ruzafa. Éste es un caso típico de gentrificación. En unos años, Ruzafa,
que acogía una población envejecida y empobrecida pasó a acoger inmigrantes
para convertirse finalmente en el barrio estupendo y lleno de vida en el que muchos
jóvenes quieren vivir. Ahora, el lugar es compartido por los antiguos
inquilinos que van quedando, los inmigrantes que vinieron en su momento y los
recién llegados profesionales en una atrayente mezcolanza, en un nuevo y
doméstico melting pot. No es fenómeno
exclusivo de Valencia. En los años 90, el barrio obrero de Islington en el
norte de Londres, junto al viejo Highbury, el campo del Arsenal, experimentó un
proceso similar. Berlín ha visto cómo en los últimos 25 años, tras la caída del
muro, los barrios de Kreuzberg, Schöneberg, partes de Mitte y otras zonas del
sector oriental se están transformando. Zonas de Boston, Washington,
Minneapolis, Chicago,… han experimentado procesos similares. Y San Francisco:
desde la zona de Haight-Ashbury hasta la más reciente de Mission, pasando por
la presión inmobiliaria gay en Castro, la ciudad de la bahía, que había visto
desertado su núcleo urbano por las clases medias en la década de los 50, y tras
el ímpetu del vecino Sillicon Valley, ve cómo sus barrios tradicionales se
transforman y los precios de la propiedad suben sin cesar.
Kreuzberg, S. Francisco Ashbury y Castro
La demolición
del Cabañal (o la parte central) saldrá cara a Valencia; y esto, por dos
razones: la primera porque se derribará parte de un barrio con gran
personalidad arquitectónica para ser sustituido por una nimia, banal e
impersonal avenida que podría formar parte de Zaragoza, Valladolid, Málaga,
Vigo o cualquier otra ciudad española;
la segunda, porque retrasará el adecentamiento y habitabilidad del barrio
durante decenios, frenando así el proceso de gentrificación.
Pero es una
obsesión personal de la eterna alcaldesa adorada por los valencianos. ¡Otra vez
la mala suerte con nuestros líderes!. ¿O no será cuestión de suerte?
Román Rubio
#roman_rubio
Marzo, 2015
Marzo, 2015
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