QUE
VIENEN LOS REYES
No, no me refiero a Felipe VI y la Reina Noticia, como le oí decir a un locutor radiofónico hace poco en un lapsus linguae. Ni al que se fue al Oriente por adorar al becerrillo dorado de sus ahorros en vez de a un niño en un pesebre. Me refiero a los Magos, a los de Oriente y los males de cabeza que traen consigo a algunos alcaldes.
Llegaron a Valencia, y desde su alocución desde el balcón del Ayuntamiento congregaron a más gente, quizá, de la que sería aconsejable en tiempos de pandemia. Y así se lo han echado en cara al alcalde sus enemigos y rivales políticos: los mismos que unos días antes le criticaban por no poner más luces navideñas que tuvieran un efecto llamada para atraer a las masas a los comercios del centro. Ya conocen el dicho italiano: ¡Piove, porco governo! O como decía aquel “ciudadano” valenciano en un video que corrió no hace mucho en las redes sociales ante el micrófono de un periodista: “¿I per què s’inunda tant este túnel?” “Molt ‘senzillo’, perque l’alcalde es un fill de puta”.
https://www.youtube.com/watch?v=d4HFFI4WKeg
Empezaron los problemas con la representación de Baltasar, el rey negro. ¿Debía personificarlo un concejal del PP con la cara embadurnada de betún y los labios agrandados en rojo o era mejor vestir de rey al futbolista estrella de raza negra del equipo local, bien conocido por los niños de la localidad? He aquí el dilema: ético, político y práctico a la vez. La solución podía haber sido fácil: eliminemos al rey negro; hagámoslos todos blancos. Habría estado resuelto si los niños lo hubieran aceptado, pero parece difícil que estos acepten una versión sin rey negro. Los pequeños son amantes de la tradición y quizá por eso les gusta que se les cuente la misma historia una y otra vez por las noches antes de dormir. Por esa razón, la hija de siete años de Cayetana Álvarez de Toledo se puso a llorar cuando vio a los Reyes del Madrid de Manuela Carmena vestidos a lo Mago Merlín con una especie de cortinas de baño de Leroy Merlin. La niña quedó traumatizada para siempre por la visión de los impostores y la madre por cualquier cosa que hiciera la alcaldesa.
No hace mucho que Carmena confesó en una entrevista que a ella tampoco le gustaron los trajes de los Reyes y Ribó también ha confesado que quizá calcularon mal el efecto llamada de los reyes y deberían haber sido más prudentes, con lo que imagino que le servirá de excusa para desconvocar la cita anual de las Reinas Magas —Libertad, Igualdad y Fraternidad—, un revival republicano rescatado en Valencia, con más críticas que tirón popular.
Lo cierto es que la historia de los Reyes es confusa. Para empezar, de los cuatro evangelios canónicos, solo el de Mateo habla de ellos. Ni Marcos, ni Lucas ni Juan dicen nada al respecto. En cuanto a lo de reyes… Mateo escribió su Evangelio en los años 70 de nuestra era en arameo, aunque a nosotros nos ha llegado solo la versión griega. En la traducción al español (del griego clásico) se lee: “Después de nacer Jesús en Belén de Judea, unos magos llegaron de Oriente a Jerusalén preguntando: ¿dónde está el rey de los judíos que ha nacido?”, y en la Enciclopedia Británica, en su entrada de los Magos se lee: Magi, singular Magus, also called Wise Men. The noble pilgrims “from the East” who followed a miraculous guiding star… (Matthew 2:1 – 12)
Y continúa:
Eastern traditions sets the number of Magi at 12, but western traditions set their number at three, probably based on the three gifts of gold….
De modo que no está claro; ni lo de que se trate de reyes, ni de que sean tres ni de que haya un negro. Lo único cierto es que traerán cola en los años venideros. Y no hablo de la cola de la estrella.
Román Rubio
Enero 2021
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