martes, 30 de julio de 2019

CALCOS


CALCOS




Es abrumadora la influencia del inglés sobre las otras lenguas. Y no hablo solo por la cantidad de vocablos con que inundan a las demás (y no solo al español): big data, coworking, running, crowfunding, spoiler… sino por los calcos lingüísticos que impregnan día a día el resto las otras lenguas sin que los hablantes se den cuenta siquiera. Se trata de palabras o expresiones que se traducen directamente del inglés como la cada vez más usada “ponerme en tus zapatos” (to be in yor shoes) por la tradicional “ponerme en tu piel” o “estar en tu piel”.

En la edición digital de El País de hoy leo un titular que me llama poderosamente la atención: “Danzar y danzar para remover las más dolorosas heridas”, firmado por Celina Indhira García Belda. En la imagen, una foto de una clase de danza formada mayoritariamente por mujeres y liderada por un bailarín negro. ¿”Remover” las heridas dolororas? Por favor; eso es exactamente lo que “no” hay que hacer. Si acaso, hay que tratar de olvidarlas, sea bailando o haciendo cualquier otra cosa, para que no sigan haciendo daño.
En la entradilla de la noticia se intuía la solución al enigma: decía que “El coreógrafo franco-congoleño Bolewa Sabourin apoya a mujeres víctimas de violencia sexual mediante el uso del baile, una herramienta poderosa para sobreponerse y reapropiarse otra vez del propio cuerpo”. Ah, ahora sí que se entiende. Lo que quería decir la articulista es que con el baile se trataba de paliar, aliviar, curar o rehabilitarse de la cruel herida de la violencia de género.
Entonces, ¿cuál es el problema? ¿Se trata de un despiste de la autora?, ¿una errata, quizá? No. En realidad es que la noticia ha sido trasladada al español sin muchos miramientos desde un medio extranjero. En inglés “to remove” no significa remover sino quitar, eliminar. De ahí la metedura de pata, que llega al punto de invertir el significado de la noticia.

En la misma edición del mismo periódico leo que Trump, fuente inagotable de exabruptos, arremete ahora contra el reverendo afroamericano Al Sharpton con el argumento de que este “odia a los blancos y policías” y que es “un estafador”, a lo que el reverendo contesta con ironía que “de ser eso cierto, [Trump] me querría en su gabinete”.
Lo que me resultó chocante del artículo que firma para El País Antonia Laborde es el párrafo en el que dice “…el neoyorquino [Trump] lo acusó [a Sharpton] de ser un “estafador” y un “alborotador” que siempre está buscando cómo marcar un punto”. ¿De verdad, entienden eso de “cómo marcar un punto? ¿Lo han oído alguna vez? ¿No les suena como si quisiera haber dicho “anotarse un tanto”? No sé a ustedes, pero a mí me suena como a la traducción literal del inglés “to make a point” que, entre otras cosas, significa empeñarse en algo o hacerse de notar. ¿A ustedes no?

Seguiré leyendo el periódico. Seguro que encontraré algún que otro “calco” del inglés que no reportaré aquí por no aburrirles.

Román Rubio
Julio 2019

jueves, 25 de julio de 2019

BORIS Y DONALD


BORIS Y DONALD



Lisa y Louise son dos hermanas gemelas que en la película El Resplandor representaban el papel de las niñas asesinadas por un padre loco que había sido guardián del infortunado hotel de Colorado. En la novela original, de Stephen King, eran simplemente hermanas, pero alguien decidió que fueran gemelas en la película y las vistió de ese modo tan convencional y repipi que potencia la carga trágica de la historia.
Muchos han querido ver en Donald y Boris a las gemelas idénticas que Danny, el hijo de Jack Torrance (Nicholson), vio, o creyó ver, mientras recorría en triciclo los pasillos del hotel.
No lo son. Tienen sus coincidencias, como el color del pelo, el olfato político, el arrojo y una enorme ambición. Todo lo demás son diferencias, si exceptuamos la habilidad como encantadores de serpientes, o de personas.

Donald es impulsivo, iletrado y abstemio, Boris, calculador, erudito y borrachín. Boozie Bear (osito borrachín, como le llama cariñosamente su nueva pareja) estudió en Eton y Oxford, donde se licenció en Lenguas Clásicas y presume (con fundamento, al parecer) de ser capaz de hablar en latín, que es algo poco o nada cotizado en los concursos de miss mundo que Donald solía organizar. John Carlin le entrevistó cuando era alcalde de Londres. Nada más empezar, y saliendo a colación la figura de Borges, el despeinado alcalde, al que su biógrafa Sonia Purnell lo describió como “… la antítesis del títere repeinado. Parece una cesta de la ropa sucia con sobrepeso y tiene el hábito de olvidarse de la ducha”  se arrancó citando literalmente el primer párrafo de uno de los relatos del argentino, para, a continuación, citar a Adriano, el emperador del que no estaba seguro si provenía de la Hispania Ulterior o de la Citerior (otro asunto nada relevante en el universo de Donald).

El carismático Boris es simpático, algo payaso, ingenioso, cautivador y brillante en su discurso; y muy, pero que muy, cínico. Las opiniones de algunos de sus antiguos colegas periodistas sobre él son demoledoras. Un exdirector del Daily Telegraph, Max Hasting, que coincidió con él durante veinte años, escribió: “La mayoría de los políticos son ambiciosos e implacables, pero Boris es un egomaníaco medalla de oro. No le confiaría ni a mi esposa ni, francamente, mi billetera. Y es también mucho más despiadado y ruin de lo que el público cree” Un amigo.

Haciendo gala de sus convicciones, siendo en un principio defensor de la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, a la que comparó en un ensayo de su autoría con el moderno Imperio Romano, cambió de bando para enfrentarse a Cameron (ex alumno de Eton, como él mismo) y poder llegar algún día a liderar el partido y ser Primer Ministro.

Su pintoresco padre, Stanley, es una celebridad gustosa de aparecer en los programas de la tele; a ser posible, con una copa de champán en la mano. Es firme defensor de la permanencia en la UE ya que en su pasado ostentó cargos en el Banca Mundial y en la Comisión Europea. Sus brillantes hermanos, periodistas de renombre y políticos, también hicieron campaña por el remain, aunque Boris pudo con todos.
Pero, ¿qué hay de sus ancestros? Antes muerta que sencilla.
Para empezar, nació en Manhattan, a unos pocos kilómetros de Queens en donde vivía el joven  Donald y mantuvo unos años la doble nacionalidad americana y británica. 
Por vía materna tenía una abuela medio inglesa medio suiza y un abuelo, Ali Kemar Bey, turco, musulmán, periodista, escritor editor y político del Imperio Otomano que murió durante la Guerra de la Independencia de Turquía, linchado por una turba enardecida, convenientemente azuzada por sus enemigos políticos. Su otra abuela, Irène Johnson, era medio inglesa medio francesa, nieta ilegítima del Príncipe Paul de Würtemberg y por tanto, descendiente del mismísimo Jorge II de Inglaterra por vía bastarda, lo que le emparenta de manera lejana a las familias reales europeas y le hace primo octavo de su rival político, el ex Primer Ministro Cameron. Por vía materna, su madre, Charlotte, era nieta de un judío ruso lo que ha hecho que Boris se defina a su mismo como el hombre melting pot, aludiendo a sus ancestros musulmanes, judíos y cristianos.

De momento, Donald ha dado el beneplácito a la carrera de Boris y ambos están en la cabina de mando del mundo anglosajón. No son de fiar. Uno por zafio y brutal y otro por cínico y amoral forman una pareja inquietante.

Intenten evitar encontrárselos cogiditos de la mano mientras conducen alegremente su triciclo por los pasillos del hotel. Son mal presagio.

Román Rubio
Julio 2019

martes, 23 de julio de 2019

COMUNICACIÓN INCLUSIVA


COMUNICACIÓN INCLUSIVA


Me alegré cuando Obama fue elegido Presidente. Porque era (y es) negro, sí; pero no solo, sino porque es un tipo elegante, educado, dialogante, diplomático, sincero y con un excelente sentido del humor (como demostraba en cada una de las cenas de la prensa). Al contrario del brutal patán de color calabaza que le ha sustituido en el cargo.
Haciendo gala de mi “transversalidad” en los asuntos políticos, siempre he expresado mi admiración y simpatía por Manuela Carmena —por su talante y sentido común— y por Angela Merkel (para pasmo de mis amigos progres) por su sensatez e inapelable conminación a los países meridionales de “gasta lo que tienes”.
Me llevé una sorpresa agradable el otro día al enterarme de que, por primera vez, una mujer, Patricia Ortega, había sido promocionada al cargo de general del Ejército Español “por haber acumulado el mérito y capacidad para ello, y no por cupos”, como señaló el Jefe de Estado Mayor en presencia de su jefa directa, la Ministra Margarita Robles, y me llamó la atención que la flamante general no hiciera alegato feminista alguno en su primer discurso en el empleo para disgusto de algunas personas que murmuraron por lo bajini con el gesto torcido.

Hace unos días la alemana Ursula Von der Leyen —madre de siete hijos, además de ministra de defensa de su país— fue nombrada presidenta de la Comisión Europea, unos días después de que Christine Lagarde dimitiera como jefa del FMI para pasar a dirigir el Banco Central Europeo; y otra mujer, la ministra Calviño, suena como sustituta de Lagarde en Washington.

No me considero, por tanto, ni racista, ni homófobo ni cosas así, pero como las mujeres del César no solo tenemos que ser virtuosas, sino parecerlo, incitado por Javier Marías, me he hecho con una Guía de Comunicación Inclusiva editada por el Ayuntamiento de Barcelona para ver de pulir y poner al día mi torpe y atrasado lenguaje, al parecer irrespetuoso y muy alejado de ayudar a “construir un mundo más igualitario”.

El apartado de Racismo y prejuicios étnicos y culturales no tiene desperdicio. En primer lugar nos dice que “un tercio de la ciudadanía de Barcelona proviene de orígenes y contextos culturales diversos” ¿Diversos? ¿Un tercio? ¿Y qué pasa con los otros dos tercios, que “son de aquí”? Todos son diversos; ahora, si lo que quieren decir es que no son autóctonos… Después continúa explicando que la “racialización” es “una construcción social que sitúa a las personas blancas por encima del resto” (gracias por la aclaración), para terminar añadiendo el enigmático y ocurrente axioma de que, aunque las razas no existen, el racismo sí.

Y pasa a hacer una recolección de palabras y expresiones a evitar y a sustituir por otras: inmigrante y emigrante pasan a ser proscritas; hay que decir migrante, como las aves, y persona de color o negro quedan prohibidas en beneficio de persona negra (no veo la mejora, aparte ser mucho más inespecífica), persona afrodescendiente (muy práctico) o la extravagante y poco concreta persona racializada. No sé ustedes, pero yo, a pesar de mis esfuerzos, no me veo diciendo: “tengo a una persona racializada” como nuevo vecino en la finca. Por supuesto el moro y la mora deben ser nombrados como persona del Magreb (lo de magrebí ni se nombra en la moderna guía) y al inmigrante de segunda generación se invita a llamarlo descendiente de personas que migraron, lo que no parece ser un enorme avance.
En el capítulo del lenguaje homófobo o sexista también hay indicaciones pintorescas. Por ejemplo, la contundente expresión vete a tomar por el culo aparece como inaceptable y se propone, en cambio, la más amable de vete a freír espárragos, lo que habría contado con la aprobación de mi abuela, que habría añadido, quizá, vete a hacer gárgaras, y la expresión cambio de sexo aparece como no respetuosa, proponiendo operaciones de afirmación de género en su lugar, confundiendo, en mi opinión, los conceptos de género y sexo.
El capítulo de discapacidades físicas y mentales es también amplio. Se consideran expresiones no respetuosas discapacidad, incapacidad, deficiente, minusválido, inválido, paralítico y cojo, para sustituirlos por circunloquios como persona en situación de discapacidad, o las poco concretas de persona con discapacidad física (¿pero, no habíamos quedado que discapacidad era humillante?), o la vaga persona con movilidad reducida (¿es cojo, va en silla de ruedas o está postrado?
El ciego y el sordo pasan a ser persona con ceguera y cosas así y lo más chocante: el lenguaje de signos es una expresión poco respetuosa y debe decirse lengua de signos en su lugar.
En fin, me dejo capítulos sustanciales y sustanciosos como el de salud mental, pero lo pueden consultar, si gustan, en el siguiente enlace:



Estoy tratando de interiorizar las consignas del Ayuntamiento de Colau. Para ello me leo una y otra vez la lista de expresiones correctas intentando automatizarlas. Prometo borrar de mi vocabulario palabras ofensivas como “hermafrodita” para referirme a una “persona con DSD (diferencias en el desarrollo sexual)”. Y si no me entienden, pues allá ustedes.


Román Rubio

Julio 2019

sábado, 20 de julio de 2019

CORÁN I


CORÁN I





Y (Dios) enseñó a Adán los nombres de todas las cosas, luego se las mostró a los ángeles… (Corán 2: 31).

Pero cuando dije a los ángeles: “¡Postérguense ante Adán!”, todos se prosternaron excepto Iblis, que se negó y fue soberbio, y se convirtió en uno de los incrédulos (2: 34).

Dije: “Oh, Adán! Habita con tu esposa en el Paraíso, y coman de su abundancia cuanto deseen, pero no se acerquen a ese árbol, porque si lo hacen se convertirán ambos en transgresores”.
Pero el demonio los hizo caer (en la desobediencia) apartándolos de la situación (agradable) en la que se encontraban. Y les dije: “¡Desciendan! Serán enemigos unos de otros, y en la Tierra encontrarán una morada y deleite temporal  (2: 35- 36).

¡Oh, Pueblo de Israel! Recuerden los beneficios con que los agracié y cómo los distinguí sobre los demás pueblos (2:47).

Y (recuerden) cuando salvé a sus antepasados de las huestes del Faraón, que los sometían a crueles castigos…
Y recuerden cuando dividí el mar y los salvé, ahogando a las huestes del Faraón delante de sus propios ojos.
Y (recuerden que) cité a Moisés durante cuarenta noches y cuando se ausentó tomaron el becerro, obrando injustamente.
Luego, a pesar de eso, los perdoné para que fueran agradecidos.
Y le concedí a Moisés el Libro y el criterio para que siguieran la guía (2: 49-53).

Y recuerden cuando Moisés rogó a su señor agua para que bebiera su pueblo, le dije:” ¡Golpea la roca con tu bastón!” Entonces brotaron de ella doce manantiales, y supo cada tribu en cual debían beber (y les dije) “Coman y beban del sustento de Dios y no abusen  de la Tierra corrompiéndola (2: 60).

Y (recuerden) cuando celebré el pacto con el Pueblo de Israel: “Adoren solo a Dios, hagan el bien a  padres y parientes, a los huérfanos y a los pobres, hablen a la gente de buenas maneras, cumplan con la oración y paguen el zakat; pero luego volvieron la espalda en rechazo, salvo unos pocos (2: 83)

Y revelé a Moisés el Libro, y después envié Mensajeros; y concedí a Jesús, el hijo de María, milagros evidentes y lo fortalecí con el Espíritu Santo (el ángel Gabriel) (2: 87).

Digan: “Creemos en Dios, en lo que nos fue revelado a nosotros, en lo que fue revelado a Abraham, a Ismael, a Isaac, a Jacob y a las tribus, y en lo que Dios reveló a Moisés, a Jesús y a los demás profetas. No discriminamos entre ellos y entregamos a Dios nuestra voluntad  (siendo musulmanes) (2: 136).

Y combatan por la causa de Dios a quienes los agredan, pero no se excedan, porque Dios no ama a los agresores  (2: 190).

Combátanlos hasta que cese la opresión y puedan adorar tranquilamente a Dios (sin temer persecución); pero si ellos cesan de combatir, que no haya más hostilidades, excepto contra los agresores (2: 193).

Las divorciadas deberán esperar tres menstruos (para poder volverse a casar), y no les es lícito ocultar lo que Dios creó en sus vientres, si es que creen en Dios y el Día del Juicio. Sus maridos tienen más derecho a volver con ellas en ese plazo, si desean reconciliarse. Ellas tienen tanto el derecho al buen trato como la obligación de tratar bien a sus maridos. Y los hombres tienen un grado superior (de responsabilidad) al de ellas. Dios es Poderoso, Sabio (2: 228).

Las viudas deberán esperar cuatro meses y diez días (para casarse de nuevo). Luego de ese plazo no serán reprochadas por lo que dispongan hacer consigo mismas… (2: 234).

Él te reveló (oh, Mujámmad!) el Libro con la Verdad, para confirmar los mensajes anteriores, y ya había revelado la Tora y el Evangelio (3: 3).

Cumplan con la oración prescrita, y especialmente la oración de la tarde, y preséntense  ante Dios con total devoción (2: 238).

Continuará.


Román Rubio
Julio 2019

P.D. Los textos (aleyas) provienen de la obra El Corán. Traducción comentada (Bogotá, 2013) del Licenciado M. Isa García. Como es sabido, El Corán es libro sagrado solo en su versión en árabe. Las traducciones se consideran únicamente interpretaciones de la palabra sagrada. Sin más valor. O sin menos.

lunes, 15 de julio de 2019

CUMPLEANYS



                                    CUMPLEANYS



Rosalía's 'Spanishisms' upset Catalonia's language purists

Los “españolismos” de Rosalía molestan a los puristas de la lengua catalana.

La estrella del pop catalana Rosalía ha molestado a los puristas de la lengua con su primer single grabado en catalán por usar “españolismos” que los críticos opinan que diluyen la lengua.
En Milionària, que recibió 2 millones de visitas en YouTube durante las primeras 24 horas, la cantante de 25 años usa la palabra cumpleanys —una contaminación del español cumpleaños— en vez de usar la voz normativa aniversari.

También usa escoltada (acompañada) cuando en catalán la palabra es escortada y se refiere a botellas de champagne en vez de ampolles.

“¿Perdonaremos a Rosalía por decir cumpleanys?” se preguntaba el usuario de Twitter @LuxSpeculi.
“La cantante sufre unos déficits de competencia lingüística pero al menos ahora todo el mundo sabe que cumplanys es un españolismo grosero”, escribía Gabriel Bibiloni en El Periódico.

Rosalía estaba, presumiblemente, reflejando el hecho de que mucha gente, en especial en el área de Barcelona, mezcla el español dentro de su catalán, lo que es causa de desazón entre los puristas.
La cantante es de Sant Esteve Sesrovires, unos cuarenta kilómetros al oeste de Barcelona y, como casi todo el mundo de la zona, es bilingüe, ya que la escolarización  es en catalán. Sin embargo, como en el 55% de la población, su lengua materna es el español.

A pesar de ser enormemente popular en el área, el hecho de que la mayor estrella internacional sea una catalana que canta en español es una fuente de irritación permanente para los nacionalistas catalanes, muchos de los cuales preferirían una Cataluña monolingüe.

El Presidente separatista catalán, Quim Torra, no felicitó a Rosalía cuando esta ganó dos Grammys Latinos el año pasado y el periódico pro-independencia La República se quejó de que no hiciera referencia alguna a la “represión” de los catalanes en su discurso de aceptación de los premios.

“A los separatistas no les gusta Rosalía porque ella no les baila el agua y no la pueden usar para hacer propaganda”, dice Mercè Villarrubias, autora catalana de lingüística. “Encima se atreve a cantar en catalán, lengua que ellos ven como su propiedad particular”. “No les gusta ese gesto de libertad y buscan la manera de criticarla, como el uso de cumpleanys, cuando es bien conocido que todos los artistas creativos inventan y adaptan.”

Algunas instituciones culturales han acogido favorablemente la decisión de Rosalía de cantar en catalán a pesar de los errores; y por lo que a Twitter se refiere, muchos están de acuerdo en que lo que verdaderamente importa es que una artista internacional cante  en catalán y algunos añaden que ellos mismos dicen también cumpleanys, en lugar de aniversari. Mariàngela Villalonga, la Ministra Catalana de Cultura (sic), dijo que, en su familia, decían también cumpleanys, aunque sabían que era incorrecto.

Hay también alguna que otra palabra inglesa salpicando la letra pero, en medio de la tormenta, a nadie parece importarle que el estribillo repita las palabras “Fucking Money, man”.


Traducido de The Guardian. Edición digital.


Román Rubio.
Julio 2019 

lunes, 8 de julio de 2019

LGTBI


LGTBI




Hace un par de semanas me acerqué al desfile de carrozas de la fiesta del Orgullo en Valencia, mucho más modesta que la de Madrid pero divertida, al fin y al cabo. En una de ellas aparecía el lema “No nos mires, únete”. Me sentí algo incómodo, puesto que yo no tenía ninguna intención de unirme. Iba allí de mirón. Como voy de mirón al desfile de la Ofrenda en Fallas, el del Año Nuevo Chino o la manifestación feminista de marzo. (Ahora que lo pienso, voy de mirón a tantos eventos que empiezo a pensar si no iré de mirón en la vida, lo que, por otra parte, no es ni mejor ni peor que ir —por ejemplo— de héroe). El hecho es  que en todos estos eventos me siento bienvenido. Y sí. También en la fiesta del “colectivo” (perdón por el término) LGTBI (perdón por el acrónimo).
Las personas que celebran ese acto de manera activa (y no de mirones, como un servidor) han sido objeto de burla y menosprecio, han sufrido marginación, persecución, rechazo y violencia. En mi ya lejana infancia, en épocas franquistas, no solo estaban estigmatizados sino perseguidas al amparo de la Ley de peligrosidad  social.

Afortunadamente hoy no hay nada de eso. No solo no hay estigma que valga ni ley que las persiga sino que, por el contrario, el personal se ve protegido por el Código Penal y sus estipulados “delitos de odio”, entre los que se incluyen aquellos contra  la identidad sexual. Solo se puede contar alguna agresión verbal o física puntual que es vista con desaprobación y rechazo por el común de los mortales, además de ser perseguida por la justicia.

Por todo ello me sentí muy pero que muy decepcionado por lo que ocurrió en la celebración del Orgullo en Madrid. Allí, de manera más o menos espontánea se “prohibió” a los representantes de Ciudadanos tomar parte en la jornada de celebración (y  -como dicen muchos de los organizadores-  de reivindicación).
Los amantes de la libertad y víctimas de la intolerancia se convirtieron ellos mismos en sectarios bucéfalos censores, constrictores de la libertad ¡Qué pena!

Me llama la atención que desde el Cogam (colectivo de lesbianas, gais, trans y bisexuales –o algo así-) se diga que los políticos tienen derecho a manifestarse “como cualquiera”. “Y la gente a responder contra lo que los políticos hacen”. Bueno, pues todo vale, ¿no?  ¿Cómo puede pensar eso un “colectivo”  que ha sido vilipendiado, insultado, maltratado y zaherido desde tiempos inmemoriales? ¿Acaso tenían los demás derecho a hacerlo, en aras a una pretendida  libertad de expresión? Pues no. La libertad de expresión, como la libertad, en general, tiene sus limitaciones. Como decía Isaiah Berlin, la libertad del pez grande es la perdición del chico.

En estos momentos pienso en aquellas personas gais, lesbianas transexuales y bisexuales que pertenezcan o simpaticen con el partido de Ciudadanos y cómo se deben de sentir. Una vez superada la culpa de sentirse “diferente” por su identidad sexual, ¿tienen ahora que avergonzarse por su tendencia política liberal?

Alá confunda a quienes vetan o hacen avergonzarse a los demás por su identidad sexual, política o ideológica. 

Por mi parte, sean bienvenidos los de Ciudadanos, los curas y hasta los mirones.

Román Rubio
Julio 2019 


P.D. La ley sobre la peligrosidad y rehabilitación social fue promulgada por las Cortes franquistas en 1970 y venía a sustituir la  famosa ley de vagos y maleantes, aprobada por las Cortes de la II República en 1933, conocida como La Gandula, y dirigida contra vagabundos, nómadas, proxenetas y otros elementos antisociales, a los que el franquismo añadió los homosexuales.
Se consideraban tipos antisociales, entre otros, a:
Vagos habituales, rufianes y proxenetas, los que realicen actos de homosexualidad, los que habitualmente ejerzan la prostitución, los que promuevan o favorezcan el tráfico, comercio o exhibición de cualquier material pornográfico, los mendigos o ebrios habituales, los toxicómanos, los menores de 21 años abandonados por la familia y moralmente pervertidos, etc.
Entrada la democracia, la ley siguió en vigor, aunque sin aplicación de facto para los homosexuales. En 1979 fueron suprimidos algunos artículos de la ley, fue de nuevo modificada en 1983 y 1989 en lo referente a la tipificación de escándalo público y finalmente derogada en 1995.

miércoles, 3 de julio de 2019

CASABLANCA


CASABLANCA




                      — Y a ti, ¿qué demonios te trajo a Casablanca?
                         — Mi salud. Vine aquí por las aguas.
                         — ¿Las aguas? ¿Qué aguas? ¡Si estamos en el desierto!
                          — Me informaron mal.

Rick va a lo suyo. No quiere salvar al mundo. Si acaso, quiere salvarse él. Lazslo, en cambio, vive por y para los grandes ideales. Le mueven las palabras con mayúsculas como Patria, Justicia y Libertad. Es del material del que están hechos los héroes, los que se juegan el tipo por las mayúsculas. Y por ser reconocido y loado por el pueblo. De la pasta de  Gandhi, Mandela y sí, también de la de ciertos políticos encarcelados en España por una bandera con estrellita. De la misma pasta que está hecha la capitana del Sea Watch, Carola Rackete, encarcelada y desencarcelada unas horas después por la justicia italiana acusada de desobediencia a la autoridad naval y responsable de colisión con una lancha policial, o algo así.

En realidad, este artículo me sirve de expiación y de justificación ante muchos amigos que han inundado las redes sociales con la petición de la firma  de apoyo para la liberación de la valiente mujer y el hecho de que yo haya ignorado la petición. Siento haberles decepcionado.
Trataré de explicarlo (y explicármelo).

Hace unos meses, Pascual Durá, capitán y armador del barco “Nuestra Madre de Loreto”, de Santa Pola,  rescató en el mar a doce migrantes que andaban a la deriva y todos vivimos la angustia del marinero y sus apremiantes gestiones para conseguir el permiso de entrada a un puerto seguro en el que poner a salvo cargamento tan sensible. Este hombre, Pascual Durá, no quería ser un héroe. No lo buscaba. Él y su tripulación llevaban en el mar cerca de un mes con el propósito, no de encontrar migrantes y ponerlos a salvo, nada más lejos de sus pretensiones. Solo querían volver a puerto con la bodega del buque llena de marisco que, a la postre, habría de servir para poner la comida en la mesa familiar y comprar al chico la Play Station que pedía para Navidad. ¡Ah!, y ver de reformar el baño y la cocina, como pedía su mujer.

En el camino se encontró con unas personas en peligro y el hombre hizo lo que tenía que hacer: ponerlas a salvo. Como Rick, el de Casablanca. En su momento, y en contra de lo que podría ser su voluntad de hombre que va a la suya (y a la de los suyos), hizo, ni más ni menos, lo que tenía que hacer.

Mis héroes no son los Lazslos de este mundo. Siempre me ha resultado más fácil iniciar una gran amistad con tipos como Rick. O Pascual Durá. Pedidme la firma para tipos como el de Santa Pola.


Román Rubio
Julio 2019