CORÁN
I
Y (Dios) enseñó a Adán los nombres de todas las
cosas, luego se las mostró a los ángeles… (Corán 2: 31).
Pero cuando dije a los ángeles: “¡Postérguense ante
Adán!”, todos se prosternaron excepto Iblis, que se negó y fue soberbio, y se convirtió
en uno de los incrédulos (2: 34).
Dije: “Oh, Adán! Habita con tu esposa en el Paraíso,
y coman de su abundancia cuanto deseen, pero no se acerquen a ese árbol, porque
si lo hacen se convertirán ambos en transgresores”.
Pero el demonio los hizo caer (en la desobediencia) apartándolos
de la situación (agradable) en la que se encontraban. Y les dije: “¡Desciendan!
Serán enemigos unos de otros, y en la Tierra encontrarán una morada y deleite
temporal (2: 35- 36).
¡Oh, Pueblo de Israel! Recuerden los beneficios con
que los agracié y cómo los distinguí sobre los demás pueblos (2:47).
Y (recuerden) cuando salvé a sus antepasados de las
huestes del Faraón, que los sometían a crueles castigos…
Y recuerden cuando dividí el mar y los salvé,
ahogando a las huestes del Faraón delante de sus propios ojos.
Y (recuerden que) cité a Moisés durante cuarenta
noches y cuando se ausentó tomaron el becerro, obrando injustamente.
Luego, a pesar de eso, los perdoné para que fueran
agradecidos.
Y le concedí a Moisés el Libro y el criterio para
que siguieran la guía (2: 49-53).
Y recuerden cuando Moisés rogó a su señor agua para
que bebiera su pueblo, le dije:” ¡Golpea la roca con tu bastón!” Entonces
brotaron de ella doce manantiales, y supo cada tribu en cual debían beber (y
les dije) “Coman y beban del sustento de Dios y no abusen de la Tierra corrompiéndola (2: 60).
Y (recuerden) cuando celebré el pacto con el Pueblo
de Israel: “Adoren solo a Dios, hagan el bien a
padres y parientes, a los huérfanos y a los pobres, hablen a la gente de
buenas maneras, cumplan con la oración y paguen el zakat; pero luego volvieron la espalda en rechazo, salvo unos pocos
(2: 83)
Y revelé a Moisés el Libro, y después envié
Mensajeros; y concedí a Jesús, el hijo de María, milagros evidentes y lo
fortalecí con el Espíritu Santo (el ángel Gabriel) (2: 87).
Digan: “Creemos en Dios, en lo que nos fue revelado
a nosotros, en lo que fue revelado a Abraham, a Ismael, a Isaac, a Jacob y a
las tribus, y en lo que Dios reveló a Moisés, a Jesús y a los demás profetas.
No discriminamos entre ellos y entregamos a Dios nuestra voluntad (siendo musulmanes) (2: 136).
Y combatan por la causa de Dios a quienes los
agredan, pero no se excedan, porque Dios no ama a los agresores (2: 190).
Combátanlos hasta que cese la opresión y puedan adorar
tranquilamente a Dios (sin temer persecución); pero si ellos cesan de combatir,
que no haya más hostilidades, excepto contra los agresores (2: 193).
Las divorciadas deberán esperar tres menstruos (para
poder volverse a casar), y no les es lícito ocultar lo que Dios creó en sus
vientres, si es que creen en Dios y el Día del Juicio. Sus maridos tienen más
derecho a volver con ellas en ese plazo, si desean reconciliarse. Ellas tienen
tanto el derecho al buen trato como la obligación de tratar bien a sus maridos.
Y los hombres tienen un grado superior (de responsabilidad) al de ellas. Dios
es Poderoso, Sabio (2: 228).
Las viudas deberán esperar cuatro meses y diez días
(para casarse de nuevo). Luego de ese plazo no serán reprochadas por lo que
dispongan hacer consigo mismas… (2: 234).
Él te reveló (oh, Mujámmad!) el Libro con la Verdad,
para confirmar los mensajes anteriores, y ya había revelado la Tora y el
Evangelio (3: 3).
Cumplan con la oración prescrita, y especialmente la
oración de la tarde, y preséntense ante
Dios con total devoción (2: 238).
Continuará.
Román Rubio
Julio 2019
P.D. Los textos (aleyas) provienen de la obra El Corán. Traducción comentada (Bogotá,
2013) del Licenciado M. Isa García. Como es sabido, El Corán es libro sagrado
solo en su versión en árabe. Las traducciones se consideran únicamente
interpretaciones de la palabra sagrada. Sin más valor. O sin menos.
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