LADIES
& GENTLEMEN
El último sainete del lenguaje inclusivo ha ocurrido en Gran Bretaña, en concreto en un tren de la compañía London North Eastern Railway, en el que el conductor tuvo la desvergüenza de dirigirse al público del convoy con un inaceptable: “Good afternoon, ladies and gentlemen, boys and girls” (Buenas tardes, señoras y caballeros, niños y niñas). Tamaña afrenta molestó enormemente al pasajero Laurence, que rápidamente denunció al conductor a sus superiores vía Twitter alegando que eso de “señoras y caballeros, niños y niñas” a él, como persona no binaria que es, no le incluía y que por tanto las indicaciones no le afectaban.
Así de claro lo tenía el chaval, lo que para mí no
es una noticia, pues cada cual entiende el mundo a su manera y vive su propia
paranoia.
Lo que para mí constituye una noticia es la
respuesta de la compañía, que no tardó nada en contestar al tal Laurence por la
misma vía, de la manera siguiente:
Siento
mucho lo ocurrido, Laurence, nuestros Jefes de Tren no deberían usar esa clase
de lenguaje, y te doy las gracias por ponerlo en mi conocimiento, Por favor
podrías decirme en que servicio te encuentras y me aseguraré de que se
comporten tan inclusivos como nos esforzamos por ser en LNER (London North
Eastern Railway).
La respuesta de la compañía ha tenido en Gran
Bretaña una gran repercusión, levantando la polémica en medios escritos y redes
sociales. ¿Es aceptable dirigirse al público con la socorrida fórmula de
cortesía “ladies & gentlemen”? ¿Qué hacemos con los que no se sientan ni “señora”
ni “caballero”? ¿Podríamos usar el término “mediopensionista”, o quizá decir
algo así como “good afternoon, everyone?
En inglés, la solución es fácil: esta última fórmula incluye a todos, puesto que
“one” vale lo mismo para “uno” que
para “una”, o para “une”, si me apuran, pero en español ¡ay, en español! la
cosa se complica, ya que la formula “buenas tardes a todos” no sería aceptable
por las mismas causas, debiendo añadir “todas” y “todes”. O bien, usar un
circunloquio del tipo “todo el mundo”, lo que no es del todo exacto (hay una
parte significativa del mundo que no viaja en el tren) y esperar que personajes
como Laurence se sientan aludidos y no discriminados ni ofendidos.
Aceptemos la puntillosidad en el lenguaje inclusivo
y los recelos que levanta. Fijémonos ahora en el otro lenguaje, el normativo:
la coma después de “this” es, cuanto
menos, redundante y la de detrás de “attention”
es antinormativa, ya que debería ser un punto, como el mismo autor del mensaje
reconoce de manera implícita al escribir la palabra siguiente, “Please”, con mayúscula.
De modo que, si hay que cogérsela con papel de fumar
en lo referente al lenguaje inclusivo para no lesionar los sentimientos de las
diferentes sensibilidades de género, ¿por qué no ser igual de escrupulosos con
la ortotipografía para no ofender a los usuarios de la lengua, sean estos del género
masculino, femenino o neutro?
Román Rubio
Septiembre 2021
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