martes, 14 de septiembre de 2021

LADIES & GENTLEMEN

 

LADIES & GENTLEMEN



El último sainete del lenguaje inclusivo ha ocurrido en Gran Bretaña, en concreto en un tren de la compañía London North Eastern Railway, en el que el conductor tuvo la desvergüenza de dirigirse al público del convoy con un inaceptable: “Good afternoon, ladies and gentlemen, boys and girls” (Buenas tardes, señoras y caballeros, niños y niñas). Tamaña afrenta molestó enormemente al pasajero Laurence, que rápidamente denunció al conductor a sus superiores vía Twitter alegando que eso de “señoras y caballeros, niños y niñas” a él, como persona no binaria que es, no le incluía y que por tanto las indicaciones no le afectaban.

Así de claro lo tenía el chaval, lo que para mí no es una noticia, pues cada cual entiende el mundo a su manera y vive su propia paranoia.

Lo que para mí constituye una noticia es la respuesta de la compañía, que no tardó nada en contestar al tal Laurence por la misma vía, de la manera siguiente:

Siento mucho lo ocurrido, Laurence, nuestros Jefes de Tren no deberían usar esa clase de lenguaje, y te doy las gracias por ponerlo en mi conocimiento, Por favor podrías decirme en que servicio te encuentras y me aseguraré de que se comporten tan inclusivos como nos esforzamos por ser en LNER (London North Eastern Railway).

La respuesta de la compañía ha tenido en Gran Bretaña una gran repercusión, levantando la polémica en medios escritos y redes sociales. ¿Es aceptable dirigirse al público con la socorrida fórmula de cortesía “ladies & gentlemen”? ¿Qué hacemos con los que no se sientan ni “señora” ni “caballero”? ¿Podríamos usar el término “mediopensionista”, o quizá decir algo así como “good afternoon, everyone? En inglés, la solución es fácil: esta última fórmula incluye a todos, puesto que “one” vale lo mismo para “uno” que para “una”, o para “une”, si me apuran, pero en español ¡ay, en español! la cosa se complica, ya que la formula “buenas tardes a todos” no sería aceptable por las mismas causas, debiendo añadir “todas” y “todes”. O bien, usar un circunloquio del tipo “todo el mundo”, lo que no es del todo exacto (hay una parte significativa del mundo que no viaja en el tren) y esperar que personajes como Laurence se sientan aludidos y no discriminados ni ofendidos.

Aceptemos la puntillosidad en el lenguaje inclusivo y los recelos que levanta. Fijémonos ahora en el otro lenguaje, el normativo: la coma después de “this” es, cuanto menos, redundante y la de detrás de “attention” es antinormativa, ya que debería ser un punto, como el mismo autor del mensaje reconoce de manera implícita al escribir la palabra siguiente, “Please”, con mayúscula.

De modo que, si hay que cogérsela con papel de fumar en lo referente al lenguaje inclusivo para no lesionar los sentimientos de las diferentes sensibilidades de género, ¿por qué no ser igual de escrupulosos con la ortotipografía para no ofender a los usuarios de la lengua, sean estos del género masculino, femenino o neutro?

Román Rubio

Septiembre 2021

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