miércoles, 21 de enero de 2015

LA VENTA DE LA LUISIANA Y LA DECADENCIA FRANCESA

LA VENTA DE LA LUISIANA Y LA DECADENCIA FRANCESA


“La decadencia francesa empieza con la derrota de Napoleón en 1815 y se pronuncia tras la muerte de De Gaulle y la eclosión de Mayo del 68. Sus enemigos se llaman feminismo, multiculturalismo y construcción europea. Tambien islam”. Esta sería la tesis del exitoso y polémico libro del exitoso y polémico autor, el periodista y contertulio Eric Zemmour, según el artículo Islamofobia “mainstream” aparecido en el suplemento Babelia de El País de 17 de Enero y firmado por el también periodista de temas franceses Alex Vicente.

Que la derrota de Napoleón en Waterloo es uno de los hitos de la decadencia francesa es algo que nadie discute, pero en mi opinión, como en la de muchos otros, es susceptible de matizaciones. La primera es el desenfoque de la misma idea de decadencia. Si esta se entiende como pérdida de supremacía o preponderancia frente al mundo anglosajón, esta es innegable y el reflejo es la lengua. La lengua inglesa, convirtiéndose en lingua franca ha desplazado no sólo al francés, sino al resto de las lenguas europeas hasta el hecho de casi borrarlas en el escenario internacional. El inglés sirve para andar por el mundo y las otras lenguas para hacerlo por casa. Si se entiende como cesión de la primacía al eterno rival- el Reino Unido- la cosa no está tan clara, pues ha sido la irrupción de los Estados Unidos en la historia con su inmenso soft power lo que ha hecho inclinar la balanza del lado anglosajón.


En mi opinión, el acontecimiento histórico que hizo vencer la balanza del lado anglosajón fue la venta de la Luisiana por Napoleón a los jóvenes Estados Unidos de Norteamérica en 1803.


Con el objeto de ayudar a financiar las guerras europeas, Napoleón vendió el territorio francés, en su mayor parte inexplorado, del oeste del Misisipi por 15 millones de dólares- unos 80 millones de francos franceses- que resultaron ser unos 23 millones de dólares con intereses. Por esta módica cantidad, la superficie de más de dos millones de kilómetros cuadrados fue adquirida por la nueva nación a un precio de unos 7 centavos de dólar por hectárea. La población estimada era de unos 35.000 habitantes, contando la ciudad de Nueva Orleans y el emplazamiento de San Luis en Misuri y la mayor parte del terreno inexplorado, ignoto. Pronto el gobierno federal comenzó a enviar misiones para explorar y cartografiar el territorio como la expedición de Lewis y Clarke (1804-06), primera incursión terrestre que, desde el este, alcanzó la costa del Pacífico y regresó.

La vasta extensión comprendía los territorios de los actuales estados de Arkansas, Misuri, Iowa, Oklahoma, Kansas, Nebraska, Minesota al sur del río Misisipi, gran parte de Dakota del Norte, casi la totalidad de Dakota del Sur, parte de Nuevo México y norte de Texas y partes de Montana, Wyoming, Colorado y Luisiana.

Como dijo Napoleón tras la operación: “Esta venta no es un gran negocio para Francia, pero lo importante es que le daremos a los ingleses un competidor nuevo en su monopolio marítimo”
En efecto, el nuevo competidor, aliado de Francia y que había logrado su independencia, en gran parte, gracias a su apoyo y a hombres como La Fayette y Rochembeau, sería más que competidor actor hegemónico poco más de un siglo después, relegando a Francia y Gran Bretaña al papel de comparsas.

Sin la anexión de los territorios centrales de Norteamérica, la expansión de la gran nación hacia el Pacífico no habría sido posible y la existencia de un país francófono ocupando el territorio que se extiende desde el Quebec al Golfo de Méjico siguiendo el curso del Misisipi habría dado lugar a un mundo distinto.

Como estamos en un ejercicio de historia- ficción, me gusta imaginar una Norteamérica dividida en tres países, tres franjas verticales: la primera, al este formada por las trece colonias británicas, la central- francófona- extendiéndose desde la Bahía del Hudson hasta la desembocadura del Misisipi, y una franja Oeste ocupando los estados de Washington, Oregón y California de habla española.




Román Rubio Enero 2015




3 comentarios:

  1. Fernando VII vendió La Florida, lo que no sé es la historia de la anexión de California a EEUU. Muy interesante, Román. Supongo que sabes que Florida se llama así porque los españoles, no recuerdo al frente de quién, la tomaron el día de Pascua de Resurrección o Pascua Florida (debe de ser porque es la pascua de primavera, digo yo).

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  2. En el tratado de París (1763) que da final a la guerra de los Siete Años- ganada como siempre por Inglaterra- España cede a Inglaterra La Florida a cambio de la devolución del puerto de La Habana y la ciudad de Manila, ambos lugares perdidos durante la dicha guerra. Fue en el reinado de Carlos III. En el mismo tratado, obtiene La Luisiana de Francia y se la vuelven a revender a Napoleón dos años antes de que éste lo hiciera a los EEUU. ?????
    California fue provincia mexicana cedida a los EEUU tras una guerra. Se convirtió en Estado de la Unión en 1850

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