miércoles, 25 de febrero de 2015

“COBARDES”. AL PAN, PAN












Bill Maher  es una celebridad en los Estados Unidos. Comediante  y conductor de programas televisivos, controvertido y audaz, liberal en el sentido americano,  aparece en los rankings  entre los treinta mejores comediantes de todos los tiempos. En la actualidad hace el programa Real Time with Maher en HBO. Hacia 2002 hacía con gran éxito un programa de entrevistas a invitados en ABC con el nombre de Politically Incorrect  hasta que grandes empresas que patrocinaban el programa, como FedEx o Sears Roebuck, retiraran el patrocinio y obligaran a la cadena a suspender la popular emisión y despedir al director y conductor.

Bill Maher siempre ha mostrado opiniones polémicas y atrevidas para la opinión americana. Ha hecho notorio, en múltiples ocasiones su ateísmo así como su apoyo al aborto, la eutanasia y el matrimonio homosexual. Ha tenido, como es natural, oponentes tenaces e implacables, como John Gibson de la Fox y muchos otros, en un país en dónde la clientela conservadora es muy numerosa.

Hasta aquí, todo previsible. Un liberal con sus enemigos naturales. Hasta que criticó una afirmación de George W Bush referente al 11S en que tildaba a los autores materiales del atentado de “cobardes”. “¿Cobardes?” –dijo Maher en su programa-. “Se puede llamar cobarde a quien lanza un misil a 2000 kilómetros de distancia, pero a quien secuestra un avión, se pone al mando del mismo y lo estrella contra un rascacielos se le puede llamar de todo menos cobarde”. Esto, dicho el 17 de septiembre de 2011, en un programa de cobertura nacional, en un clima casi bélico, levantó olas de indignación por todo el país, amenazas personales y como he dicho antes, la suspensión del programa por la retirada de los anunciantes que financiaban la emisión.

El atentado al World Trade Centre fue tremendo. Unas tres mil personas murieron en el ataque perpetrado por un puñado de terroristas estrellando dos aviones contra las Torres Gemelas de Nueva York, además de otro contra el Pentágono y un cuarto que se estrelló en algún lugar de Pensilvania sin haber alcanzado su objetivo. El clima en el país, que nunca había vivido nada igual, era de enorme indignación, casi de histeria colectiva: hasta su “valiente” presidente anduvo escondido las primeras horas hasta que se despejó el peligro. Después, cuando el peligro había pasado, salió de su seguro escondite, cualquiera que este fuese, para llamar a los autores “cobardes”.

No, señor presidente. Al pan, pan. Los autores no son cobardes. Les puede usted llamar despiadados asesinos, fanáticos terroristas, locos rencorosos y malnacidos, audaces…y valientes. Al servicio del mal, pero valientes. Y es que alguien que se arriesga a secuestrar un avión, enfrentándose a tripulación y pasaje y conducirlo hacia su propia muerte, aceptada de antemano, no es un cobarde sino lo contrario, según el diccionario y el sentido común.

El valiente muestra valor y como he repetido muchas veces en esta vida, no se le reconoce por no tener miedo. Quien no tiene miedo es un irresponsable. Al valiente se le reconoce porque, a pesar de tener miedo, hace lo que tiene que hacer, que en el caso de los terroristas era atacar al corazón del mundo financiero, militar y político occidental. Y dar la vida en el empeño.

Lo hicieron por Alá, lo cual es muy aventurado, porque te arriesgas a que una vez muerto, cuando no hay posibilidad de vuelta atrás, te encuentres con que no hay paraíso, sino este de aquí, que tú acabas de convertir en un infierno. En el nombre de Dios. Aunque, si de pactos con el más allá se trata, estamos empatados. También George W Bush solía contactar con el Todopoderoso –“siento que Dios quiere que me presente como candidato a la presidencia”- afirmó. Al parecer, la consulta con los superpoderes incluía el mensaje de invadir Irak, que como se ha demostrado, ha generado cientos de miles de muertos y un enorme sufrimiento. No parece muy prudente, pues, consultar tanto con el Altísimo.

Volviendo a Maher. En el programa Larry King Live (en algún momento de 2005)  en el que Maher intervenía y hacía gala de sus creencias, o más bien de la ausencia de las mismas, se recibió una llamada para él de una mujer  en el turno de llamadas de espectadores.

LLAMANTE: Hola. Bueno, mi pregunta es: el Señor me habló aproximadamente hace tres años, y si el Señor hablase contigo (Maher), me preguntaba si te volverías un creyente.
MAHER: No, me ingresaría en el Bellevue, que es lo que debería hacer usted.

El Bellevue es el más antiguo y conocido hospital de Nueva York, sito en la primera avenida y con una muy prestigiada unidad psiquiátrica.










The original Bellevue Psychiatric Hospital building 


Román Rubio
Febrero 2015 


No hay comentarios:

Publicar un comentario