“COBARDES”. AL PAN, PAN
Bill Maher es
una celebridad en los Estados Unidos. Comediante y conductor de programas televisivos,
controvertido y audaz, liberal en el sentido americano, aparece en los rankings entre los treinta
mejores comediantes de todos los tiempos. En la actualidad hace el programa Real Time with Maher en HBO. Hacia 2002
hacía con gran éxito un programa de entrevistas a invitados en ABC con el
nombre de Politically Incorrect hasta que grandes empresas que
patrocinaban el programa, como FedEx o Sears Roebuck, retiraran el patrocinio y
obligaran a la cadena a suspender la popular emisión y despedir al director y
conductor.
Bill Maher siempre ha mostrado opiniones polémicas y
atrevidas para la opinión americana. Ha hecho notorio, en múltiples ocasiones
su ateísmo así como su apoyo al aborto, la eutanasia y el matrimonio
homosexual. Ha tenido, como es natural, oponentes tenaces e implacables, como
John Gibson de la Fox y muchos otros, en un país en dónde la clientela
conservadora es muy numerosa.
Hasta aquí, todo previsible. Un liberal con sus
enemigos naturales. Hasta que criticó una afirmación de George W Bush referente
al 11S en que tildaba a los autores materiales del atentado de “cobardes”.
“¿Cobardes?” –dijo Maher en su programa-. “Se puede llamar cobarde a quien
lanza un misil a 2000 kilómetros de distancia, pero a quien secuestra un avión,
se pone al mando del mismo y lo estrella contra un rascacielos se le puede
llamar de todo menos cobarde”. Esto, dicho el 17 de septiembre de 2011, en un
programa de cobertura nacional, en un clima casi bélico, levantó olas de
indignación por todo el país, amenazas personales y como he dicho antes, la
suspensión del programa por la retirada de los anunciantes que financiaban la
emisión.
El atentado al World Trade Centre fue tremendo. Unas
tres mil personas murieron en el ataque perpetrado por un puñado de terroristas
estrellando dos aviones contra las Torres Gemelas de Nueva York, además de otro
contra el Pentágono y un cuarto que se estrelló en algún lugar de Pensilvania
sin haber alcanzado su objetivo. El clima en el país, que nunca había vivido
nada igual, era de enorme indignación, casi de histeria colectiva: hasta su
“valiente” presidente anduvo escondido las primeras horas hasta que se despejó
el peligro. Después, cuando el peligro había pasado, salió de su seguro
escondite, cualquiera que este fuese, para llamar a los autores “cobardes”.
No, señor presidente. Al pan, pan. Los autores no son
cobardes. Les puede usted llamar despiadados asesinos, fanáticos terroristas,
locos rencorosos y malnacidos, audaces…y valientes. Al servicio del mal, pero
valientes. Y es que alguien que se arriesga a secuestrar un avión,
enfrentándose a tripulación y pasaje y conducirlo hacia su propia muerte,
aceptada de antemano, no es un cobarde sino lo contrario, según el diccionario
y el sentido común.
El valiente muestra valor y como he repetido muchas
veces en esta vida, no se le reconoce por no tener miedo. Quien no tiene miedo
es un irresponsable. Al valiente se le reconoce porque, a pesar de tener miedo,
hace lo que tiene que hacer, que en el caso de los terroristas era atacar al
corazón del mundo financiero, militar y político occidental. Y dar la vida en
el empeño.
Lo hicieron por Alá, lo cual es muy aventurado,
porque te arriesgas a que una vez muerto, cuando no hay posibilidad de vuelta
atrás, te encuentres con que no hay paraíso, sino este de aquí, que tú acabas
de convertir en un infierno. En el nombre de Dios. Aunque, si de pactos con el
más allá se trata, estamos empatados. También George W Bush solía contactar con
el Todopoderoso –“siento que Dios quiere que me presente como candidato a la
presidencia”- afirmó. Al parecer, la consulta con los superpoderes incluía el
mensaje de invadir Irak, que como se ha demostrado, ha generado cientos de
miles de muertos y un enorme sufrimiento. No parece muy prudente, pues,
consultar tanto con el Altísimo.
Volviendo a Maher. En el programa Larry King Live (en algún momento de
2005) en el que Maher intervenía y hacía gala de sus
creencias, o más bien de la ausencia de las mismas, se recibió una llamada para
él de una mujer en el turno de llamadas
de espectadores.
LLAMANTE: Hola. Bueno, mi pregunta es: el Señor me habló
aproximadamente hace tres años, y si el Señor hablase contigo (Maher), me
preguntaba si te volverías un creyente.
MAHER: No, me ingresaría en el Bellevue, que es lo que
debería hacer usted.
El Bellevue es el más antiguo y conocido hospital de
Nueva York, sito en la primera avenida y con una muy prestigiada unidad
psiquiátrica.
The original Bellevue
Psychiatric Hospital building
Román Rubio
Febrero 2015
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