lunes, 5 de agosto de 2019

PENSIONISTAS


PENSIONISTAS




Que la Patria es una madre generosa es un hecho. Algunos quieren ver en ella a una madrastra. Si lo es se trata de una madrastra buena, dadivosa, clemente y cariñosa, y no como la de Blancanieves. Suele premiar con una pensión —modesta o generosa— a  todos sus hijos por villanos y desagradecidos que hayan sido para con ella o para con sus hermanos y hermanastros.

En ello andaba yo pensando el otro día cuando leí que El Dioni, el famoso Dioni, el que trincó trescientos millones de pesetas del furgón que debía custodiar y se piró al Brasil a dar cuenta de la fortuna, vive ahora modestamente en Moratalaz de la pensión con que la patria le compensa por los servicios prestados. Creí entrever algún tipo de reproche o decepción por el hecho de ser remunerado con la magra cantidad de 830€ al mes, lo que para hombre de su condición y mérito no deja de ser una miseria. Él, que había sido vecino de Ayrton Senna, Pelé y Roberto Carlos en Río y que se autodefinía como el más “guarrindongo” de los millonarios durante los 55 días que duró su aventura brasileña, se veía ahora rebajado a comprar en el Día, ir al cine el día del espectador y comer pipas en el parque. Pobrecito. No sé cómo la patria no se estira más y le da una pensión acorde con el mérito. Tan ofendido se sentía el guardián de la cebada que en las manifestaciones de los pensionistas salió con un cartel en el que anunciaba que, o la patria era más generosa con él (y, ya de paso, con todos) o se vería obligado a desvalijar otro furgón. Reivindicándose. ¡Escondan los furgones, que viene El Dioni!

¿Y de qué creen que vive el exteniente coronel Antonio Tejero? Pues de la pensión que le pasa la madre patria. Bueno, y de la vivienda que le proporciona en Madrid y de los cuadros que pinta, ya que cuando estuvo preso en el castillo de la Palma de Ferrol (ex del Caudillo) se aficionó a la pintura y los nostálgicos de aquellos polvos le quitan de las manos estos lodos de ínfima calidad artística que dibuja por la modesta cantidad de dos o tres mil euros la unidad. Entre unas cosas y otras, el quasi salvador de la patria se saca un buen vivir.

Se acordarán ustedes de Roldán, el que fuera director de la Guardia Civil y que se llevaba una comisión de cada casa cuartel que se construía o reformaba en España, ¿verdad? Pues el hombre vive tranquilamente en Zaragoza del mermado estipendio de 744€ que le ingresa mes sí mes también la madre patria. Vale, no es mucho, pero algo habría ahorrado el hombre entre raya y raya y, si no, ahí tiene a Sánchez Dragó con el que escribir libros al alimón y sacarse un sobresueldo.

Y Villarejo, ¿qué quieren que les diga de Villarejo? El ilustre jubilado, padre de todas las trampas y husmeador de todos los culos y cloacas del Reino ve —desde el bonito chalet de Estremera en el que reside, en la frondosa campiña madrileña— cómo le ingresan su jugosa cantidad mensual incrementada por las gratificaciones de las medallas por servicios a la patria.
Claro, que en esto de las pensiones, como en todo, hay clases: su amigo Francisco González también recibe su pensión; este en su propio domicilio, pero no parece darle importancia a la cantidad ya que el BBVA, en agradecimiento a las tropelías que tanto han dañado la reputación del banco, le obsequió con una pensión de 80 millones de euros. Nada que ver con El Dioni, Roldán y otros pobretones servidores de la patria.

¿Y creen que Jordi Pujol recibe su paga de Andorra, en donde puso el dinero del abuelito Florenci a buen recaudo? Pues, no. Es la buena madrastra la que paga. Sin preguntar ni rechistar. Por puro amor altruista.

Esto, por lo que respecta a los maketos, pero ¿qué hay de los gudaris?
Como los presos de ETA se han negado al trabajo en la cárcel, les corresponde una pensión no contributiva de 368.9€ que complementa el gobierno vasco con otros 338.7€. Todos ellos donaron sus casas y patrimonio a familiares para impedir que fueran usados como indemnización a sus hermanastros (digo, a las víctimas), con lo que el Gobierno Vasco les añade un suplemento de 525€ al mes en concepto de ayuda habitacional. Les queda, pues, una apañadita paga de 1232€, que no es mucho, pero ya la quisieran para sí los patriotas Dioni y Roldán.
Como ven, siempre hay un plato de comida en la casa de la madre.


Román Rubio
Agosto 2019

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