LA
CULPA ES DEL MAESTRO ARMERO
Para quienes no hayan hecho la mili aclararé que el
maestro armero es el artesano encargado del mantenimiento de los fusiles del
Regimiento. ¿Que no se acertaba en el blanco? La culpa era del maestro armero,
que había dejado mal alineadas las mirillas de puntería.
A Bolsonaro parece que se le está quemando la
Amazonía. ¿La culpa? De Leonardo DiCaprio, que aporta fondos a la organización
Earth Alliance, que, como su nombre indica (Alianza por la Tierra), se dedica,
no a proteger la Amazonía sino a prenderle fuego.
Es algo común. ¿Ha ocurrido un desastre? Miro a mi
alrededor y le echo la culpa a mi enemigo, aunque este estuviera visitando a su
tía de Valladolid en el momento de la tragedia. Sin pudor alguno. Por la cara. Total…,
¡si siempre va a haber un número indeterminado de idiotas que se lo van a creer!
¿Recuerdan los tiempos posteriores al 11M? En la COPE se juntaron Jiménez Losantos, P. J.
Ramírez y algún otro y decidieron que los culpables habían de ser ETA, Rubalcaba,
el Reino de Marruecos y la Masonería. ¡Ah!, Pedro Jota añadió a los policías
que supuestamente le habían grabado con Exuperancia. ¿Y no habrá ningún vecino
de escalera que me caiga mal? Pues lo incluyo en la lista y asunto terminado.
Otro coloso de la mentira sin escrúpulos es Donald
Trump, que culpó al padre del su rival por la candidatura de
Partido Republicano, Ted Cruz, de haber matado a Kennedy, mientras este le
disputaba el puesto. ¿Y saben lo peor? Que mucha gente le creyó. Como le creyó
cuando acusó a Obama de haber nacido en el extranjero. Parece una nimiedad,
pero no lo es tanto: el haber nacido en el extranjero inhabilita a alguien para
optar a la presidencia del país. Era fácilmente comprobable por un candidato a
la Presidencia. También lo era demostrar la falsedad, como hizo Obama enseñando
su certificación de nacimiento, pero la duda ya estaba creada. ¿No habría sido
esta falsificada?
El hecho de inventar y difundir trolas para apoyar
los intereses de uno es propio de cínicos ambiciosos y estos han existido siempre, como también
han existido (y eso es lo más preocupante, público dispuesto a creérselas.
¿La verdad? Ni la sé ni me importa. Yo aquí he
venido a que me cuenten lo que quiero oír. Y si se lo tiene que inventar usted,
pues se lo inventa.
Y de eso no hay quien se salve, ¿o no aplaudieron
ustedes cuando el capitán Renault dijo aquello de: “detengan a los sospechosos
habituales”, salvando así a Rick?
Hay alguna diferencia: sabíamos que el cínico
Renault mentía, con lo que no nos engañaba, más bien nos hacía cómplices de su
cinismo —que aceptábamos con gusto—, mientras que los idiotas creen o quieren
creer que lo que les cuentan los malvados es verdad.
Y, al fin y al cabo, Renault es un personaje de
película y Bolsonaro, Losantos, P.J. y Trump son bien reales. Boris Johnson,
también.
Román Rubio
Diciembre 2019
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