LOS
CHICOS Y LAS CHICAS
De verdad, pienso que esto se nos va de las manos.
La casa de material de fitness americana Peloton ha sacado un anuncio para Navidad que ha
obtenido un rechazo en las redes sociales en el Reino Unido. El anuncio ha sido
calificado de “sexista” y “distópico”.
En el spot
se ve a una mujer recibiendo de su pareja el regalo de una bicicleta estática,
de esas que tienen una pantalla por la que se ve a otras personas haciendo la
misma cosa, como si estuvieran en una clase; en streaming —le llaman—. A continuación se ven una serie de vídeos de
ella filmándose a sí misma haciendo ejercicio sobre la bici. En uno de ellos
dice: “Cinco días seguidos, ¿no te sorprende? A mí sí” Y en otro: “Hace un año
no me daba cuenta cuánto habría de cambiar mi vida”, lo que da a entender que
el regalo lo había recibido un año antes.
El anuncio se titula “El regalo que devuelve, o
recompensa (gives back)” y muchos
críticos reprochan que la mujer del anuncio está delgada desde el principio y
que la implicación de que su pareja piensa que ella necesita estar aún más en
forma y perder peso es “paternalista” y
“dañina”.
En You Tube el video ha obtenido cerca de 2 millones
de visitas por el momento y está atrayendo cinco pulgares hacia abajo (no me
gusta) por cada pulgar hacia arriba (me gusta), lo que ha hecho caer el valor
en bolsa de la compañía un 9% en cuestión de días.
Lo de “distópico” viene por el hecho de que la mujer
se comunica con su pareja por grabaciones en vídeo, lo que parece aludir a la
serie británica en clave distópica, Black Mirror.
En agosto se prohibieron en el Reino Unido dos
anuncios por no adecuarse a las normas de no discriminación. Uno, del queso
Philadelphia, en el que se exponían unos padres novatos mostrando su ineptitud
en el cuidado de sus hijos y otro de Volkswagen en el que salía una mujer
sentada junto a un carrito de bebé (¿cómo se le ocurre a una marca presentar a
una mujer junto a un carro de bebé?). Menudo insulto.
¿Y a quién puede mostrar hoy la publicidad sin que
haya alguien que se sienta vejado, ultrajado, discriminado o humillado? Veamos:
—¿Se debería permitir que una mujer mayor (digamos,
Concha Velasco) anuncie un producto protector contra las pérdidas de orina? ¿No
es denigrante para las mujeres de cierta edad?
—El cambio de la bañera por la ducha también lo es.
Por los mismos motivos.
—El anuncio del pegamento para dentaduras debería
estar también prohibido. Y si hay que hacerlo, que salga un joven que ha perdido
los piños en un accidente; aunque, bien pensado, resultaría ofensivo para los
accidentados. Podría usarse un mono, pero ofendería a los animalistas. Lo mejor
es usar un muñeco asexuado y de edad indeterminada.
—Ni se les ocurra sacar a “UN” adolescente y sus zapatillas
de deporte para publicitar un anti-olor. En caso de hacerlo (lo que supone un
ultraje para los chicos jóvenes), que nunca sea la mamá
la que recoja las deportivas. Ni el papá. Ni la hermana. Ni el hermano. Ni él.
Ni el perro, por los motivos conocidos.
—Los audífonos no son solo prerrogativa de la gente
de edad. Los viejecitos atléticos y felices andando por la playa con los
pantalones arremangados riéndose como idiotas mientras se miran a los ojos no
son una opción. Repito: no son una opción. Discrimina a la gente mayor (antes
llamados viejos).
—No solo los jovencitos guapos hacen el amor, así
que dejen de sacar a jóvenes atractivos para anunciar los preservativos. ¿O es
que los Quasimodos no tienen también su derecho a beneficiarse de los deleites
de tales adminículos perfumados?
—Los gatos ya no cazan ratones (pobrecitos), con lo
que hay que comprarles la comida en los supermercados; lo cual no implica que
tenga que hacerlo una mujer joven, atractiva y con pelo largo. Puede hacerlo
cualquier persona, incluido el Quasimodo del punto anterior.
—La mayoría de los hombres nos sentimos ofendidos
cuando sacan a un guaperas que envidia al coche de su vecino. También al que
disfruta ensuciando el suyo por caminos embarrados creyendo que hace algo
interesante con su vida. Discrimina a los que no somos guaperas ni nos gusta
ensuciar tontamente el coche. Y pone la imagen del hombre a la altura del
betún.
—No se les ocurra sacar a una embarazada. Es
discriminatorio e injusto para quienes no podemos estarlo nunca por mucho que
lo intentemos.
Y, por supuesto, no quiero ver el careto de ningún
niño: ni bebé ni en edad de ir al colegio. Si a las revistas y otras
publicaciones se les obliga a pixelar la cara ¿por qué se habría de permitir
sacarlas en publicidad? ¿Por dinero? ¿No ven que se les puede traumatizar para
el resto de sus días?
En realidad, me molestan los anuncios y los hombres,
mujeres, niños y perros que aparecen en ellos y también me molestan los que se
molestan por esas chorradas, como el que esto mismo escribe.
Román Rubio
Diciembre 2019
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