jueves, 5 de diciembre de 2019

LOS CHICOS Y LAS CHICAS


LOS CHICOS Y LAS CHICAS




De verdad, pienso que esto se nos va de las manos.

La casa de material de fitness americana Peloton ha sacado un anuncio para Navidad que ha obtenido un rechazo en las redes sociales en el Reino Unido. El anuncio ha sido calificado de “sexista” y “distópico”.
En el spot se ve a una mujer recibiendo de su pareja el regalo de una bicicleta estática, de esas que tienen una pantalla por la que se ve a otras personas haciendo la misma cosa, como si estuvieran en una clase; en streaming —le llaman—. A continuación se ven una serie de vídeos de ella filmándose a sí misma haciendo ejercicio sobre la bici. En uno de ellos dice: “Cinco días seguidos, ¿no te sorprende? A mí sí” Y en otro: “Hace un año no me daba cuenta cuánto habría de cambiar mi vida”, lo que da a entender que el regalo lo había recibido un año antes.
El anuncio se titula “El regalo que devuelve, o recompensa  (gives back)” y muchos críticos reprochan que la mujer del anuncio está delgada desde el principio y que la implicación de que su pareja piensa que ella necesita estar aún más en forma  y perder peso es “paternalista” y “dañina”.
En You Tube el video ha obtenido cerca de 2 millones de visitas por el momento y está atrayendo cinco pulgares hacia abajo (no me gusta) por cada pulgar hacia arriba (me gusta), lo que ha hecho caer el valor en bolsa de la compañía un 9% en cuestión de días.
Lo de “distópico” viene por el hecho de que la mujer se comunica con su pareja por grabaciones en vídeo, lo que parece aludir a la serie británica en clave distópica, Black Mirror.

En agosto se prohibieron en el Reino Unido dos anuncios por no adecuarse a las normas de no discriminación. Uno, del queso Philadelphia, en el que se exponían unos padres novatos mostrando su ineptitud en el cuidado de sus hijos y otro de Volkswagen en el que salía una mujer sentada junto a un carrito de bebé (¿cómo se le ocurre a una marca presentar a una mujer junto a un carro de bebé?). Menudo insulto.

¿Y a quién puede mostrar hoy la publicidad sin que haya alguien que se sienta vejado, ultrajado, discriminado o humillado? Veamos:
—¿Se debería permitir que una mujer mayor (digamos, Concha Velasco) anuncie un producto protector contra las pérdidas de orina? ¿No es denigrante para las mujeres de cierta edad?
—El cambio de la bañera por la ducha también lo es. Por los mismos motivos.
—El anuncio del pegamento para dentaduras debería estar también prohibido. Y si hay que hacerlo, que salga un joven que ha perdido los piños en un accidente; aunque, bien pensado, resultaría ofensivo para los accidentados. Podría usarse un mono, pero ofendería a los animalistas. Lo mejor es usar un muñeco asexuado y de edad indeterminada.
—Ni se les ocurra sacar a “UN” adolescente y sus zapatillas de deporte para publicitar un anti-olor. En caso de hacerlo (lo que supone un ultraje para los chicos jóvenes), que nunca sea la mamá la que recoja las deportivas. Ni el papá. Ni la hermana. Ni el hermano. Ni él. Ni el perro, por los motivos conocidos.
—Los audífonos no son solo prerrogativa de la gente de edad. Los viejecitos atléticos y felices andando por la playa con los pantalones arremangados riéndose como idiotas mientras se miran a los ojos no son una opción. Repito: no son una opción. Discrimina a la gente mayor (antes llamados viejos).
—No solo los jovencitos guapos hacen el amor, así que dejen de sacar a jóvenes atractivos para anunciar los preservativos. ¿O es que los Quasimodos no tienen también su derecho a beneficiarse de los deleites de tales adminículos perfumados?
—Los gatos ya no cazan ratones (pobrecitos), con lo que hay que comprarles la comida en los supermercados; lo cual no implica que tenga que hacerlo una mujer joven, atractiva y con pelo largo. Puede hacerlo cualquier persona, incluido el Quasimodo del punto anterior.
—La mayoría de los hombres nos sentimos ofendidos cuando sacan a un guaperas que envidia al coche de su vecino. También al que disfruta ensuciando el suyo por caminos embarrados creyendo que hace algo interesante con su vida. Discrimina a los que no somos guaperas ni nos gusta ensuciar tontamente el coche. Y pone la imagen del hombre a la altura del betún.
—No se les ocurra sacar a una embarazada. Es discriminatorio e injusto para quienes no podemos estarlo nunca por mucho que lo intentemos.

Y, por supuesto, no quiero ver el careto de ningún niño: ni bebé ni en edad de ir al colegio. Si a las revistas y otras publicaciones se les obliga a pixelar la cara ¿por qué se habría de permitir sacarlas en publicidad? ¿Por dinero? ¿No ven que se les puede traumatizar para el resto de sus días?
En realidad, me molestan los anuncios y los hombres, mujeres, niños y perros que aparecen en ellos y también me molestan los que se molestan por esas chorradas, como el que esto mismo escribe.


Román Rubio
Diciembre 2019




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