AMARILLO-RUGOSO
Quien más quien menos recuerda algo de las Leyes de
Mendel sobre la herencia genética que estudió en el bachillerato. Mendel
(1822-1884) fue un agustino que formuló unas reveladoras leyes de herencia en
las que reveló el hecho del carácter de rasgos dominantes y recesivos y cómo se
manifiestan en las distintas generaciones. Para sus experimentos utilizó
guisantes de dos colores: amarillos y verdes y concluyó que el amarillo era el
rasgo dominante (que se manifestaba en la primera generación) y el verde el
recesivo (que se manifestaba en determinados ejemplares de las siguientes).
Pronto vio que el método era demasiado simple y decidió dar un paso más
introduciendo la textura: los guisantes
lisos y los rugosos, en donde el liso resultó ser el carácter dominante y el
rugoso el recesivo, y con ello formuló la segunda ley de la herencia, en la que
se daban los genotipos de amarillo-liso, amarillo- rugoso, verde-liso y
verde-rugoso.
Algunos quieren ver en el panorama político español
la simplicidad de los guisantes amarillos y verdes de Mendel en un escenario de
izquierda-derecha cuando, en realidad, responde al de la segunda ley, siendo el
asunto territorial el de la textura liso-rugoso. Así, se dan distintos fenotipos:
el constitucionalista o unionista (también llamado españolista) de izquierdas,
el de derecha-separatista o nacionalista (véase Torra), y sus contrapuestos:
izquierda-nacionalista y derecha-unionista. Podía haber un elemento centrista
en el espectro, pero unos guisantes de color naranja renegaron del papel.
Algo similar ocurre en el Reino Unido, en donde el
hecho de ser tory (conservador) o labour (social-demócrata) no explica
gran cosa si no se considera el parámetro de los pro y antieuropeista
(Brexit), que se encuentran mezclados —que no revueltos— en ambos lados del espectro.
En Bagdad se han producido manifestaciones masivas de
personas de mayoría chií en contra de la presencia de tropas norteamericanas en
el país. Para entender la naturaleza de los fenotipos que se dan en aquel país,
Mendel tendría que haberse aplicado más con sus variantes, ya que el escenario excede la complejidad de los dos
ejes de color y textura que consideró el
fraile. Allí, a la consabida dialéctica izquierda y derecha y la territorial
(kurdo o árabe) habría que añadir la de estado laico-estado islámico y dentro
de esta a la de chií (61% de la población y con tendencia proiraní) o suní (39%,
más próxima a la tutela de los saudíes), con lo que la tipología de los guisantes
se multiplica.
¿Y hay algo que una al chií, kurdo, suní, islamista,
laico o socialista? Pues, sí: el odio a Israel.
Ayer vi en la 2 el documental sobre el verdadero
Schinder (el de la lista) y hace un par de días la película de Polanski sobre el
caso Dreyfus y me pregunto: ¿qué pasa con los judíos?
Román Rubio
Enero 2020
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