jueves, 19 de marzo de 2020

FOR A RAINY DAY


FOR A RAINY DAY




En inglés, la expresión for a rainy day (para un día lluvioso), hace referencia a la necesidad  de guardar cuando hay abundancia para cuando las cosas vienen mal dadas. En español hablamos de vacas flacas, esas que, indefectiblemente, siguen a las gordas.

Aprendimos en la escuela la historia del astuto José, hijo de Jacob, que desveló al Faraón el significado del intrigante sueño de este en el que siete vacas flacas devoraban a siete vacas gordas: tras siete años venturosos de abundancia vendrían otros tantos de sequías, plagas y malas cosechas. El Faraón y las autoridades imperiales habrían de guardar en graneros los excedentes de las cosechas de los años de abundancia para proteger al pueblo de las penurias en la época de los de escasez. Gracias a tan acertado proceder el pueblo de Egipto se salvó de grandes hambrunas y como premio, el pueblo de Israel obtuvo su libertad, aunque luego tuviera que recurrir a las artes sobrenaturales de Moisés en el Mar Rojo, pero esa es otra historia.

También aprendimos en la escuela la fábula de La cigarra y la hormiga, atribuida a Esopo y recreada por La Fontaine y nuestro Félix María de Samaniego. Mientras la cigarra pasaba la época  estival cantando sin parar y disfrutando del buen tiempo y de la abundancia de grano tras la siega, la hormiga andaba sacrificada todo el día con grandes cargas a sus espaldas llenando el granero. Hasta que llegó el invierno, y con él las nieves, los fríos y la escasez de alimento, y la cigarra  “…viose desproveída del precioso sustento: sin mosca, sin gusano, sin trigo, sin centeno”, al tiempo que la hormiga se refugiaba en su hormiguero, abría las puertas del granero y aguantaba calentita y alimentada hasta la primavera.

Hoy han llegado las vacas flacas,  subrepticiamente, sin avisar y sin anunciarse, y donde había prosperidad se anuncia la escasez y la ruina y se oye alto y claro el clamor del pueblo: ¡Abran los graneros!, y los graneros fueron abiertos; pero para pasmo de la muchachada estos están semivacíos. Las cigarras habían pasado los años buenos al sol bien cebaditas cantando fados, seguidillas, tarantelas y sirtakis sin preocuparse demasiado del nivel de los silos.

Menos la hormiguita Merkel que, aconsejada por su particular José — de cara adusta y usuario de silla de ruedas, apellidado Schäuble—, al abrir la puerta del granero, se lo ha encontrado a rebosar. Y eso a pesar de las chanzas, cuando no críticas abiertas de las cigarras meridionales que la conminaban a gastar y gastar, cosa que horroriza a la hija del pastor protestante educada bajo el lema: “gasta lo que tienes”.

No sé en qué quedará esta hambruna, pero intuyo que los bronceados tonadilleros exigirán a la superhormiga que se reparta lo del granero. Y no sé por qué, pero creo que esta dirá como en la fábula:

(...)
Que faisiez-vous au temps chaud?
Dit-elle à cette emprunteuse.
- Nuit et jour à tout venant
Je chantais, ne vous déplaise.
- Vous chantiez ? j'en suis fort aise.

Eh bien! dansez maintenant.

Jean de La Fontaine (1621-1695)


En alemán, claro.


Román Rubio
Marzo 2020

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