CAZA MAYOR
Se refiere a
la caza de animales grandes, mayores que el zorro, como el jabalí, la cabra
montés, el muflón, el ciervo… y se lleva a cabo normalmente de dos maneras: al
rececho y a la batida o montería. Se usa munición especial (de posta) o fusil,
además de perros. Es decir, se va con todo; a veces, hasta con querida (como
Juan Carlos). Y esto es lo que según Mas están haciendo con él y su partido:
caza mayor.
Estoy de
acuerdo. Van a por él y a por su partido. Ya tienen acorralado al gran patricio
y mentor (señor Pujol) y a su camada: ¡total, por hacer patria trayendo unas
bolsas de billetes de 500 euros desde Andorra, con lo bueno que dicen que es
traer capital del extranjero! El estado español y otras instituciones
nacionales han enviado a los Cazadores Reales acompañados de Zapadores y
Granaderos a hacerse con la bête de Gévaudan sin remilgo alguno,
aunque ya se sabe lo difícil que es cobrarse estas piezas, que disponen de
tantos escondites. Ahora bien, la cuestión no es que vayan a por el jabalí. La
cuestión es que el jabalí había traspasado los límites de la reserva para comer
los sembrados y atacar a las pastorcillas de la frontera, con lo que los
motivos para la montería son absolutamente legítimos.
Era sabido por
todos. En Cataluña y fuera de ella: nos lo había dicho Maragall. Mejor dicho:
se lo había espetado a ellos (a CIU) a la cara en 2005, en una sesión del
Parlamento de Cataluña a propósito del Carmel: “Vostés tenen un problema, i aquest problema es diu 3%” A lo que
Mas respondió: “Vosté ha perdut
completament els papers” y obligó al exalcalde de Barcelona y expresident
de la Generalitat socialista a rectificar, a lo que Maragall (por motivos que
se me escapan) y de mala gana, accedió.
¿De verdad
creía Mas que con ese pasado de de financiación tramposa iban a dejar de
echarle los perros? En absoluto. Lo que me duele como ciudadano, lo que debería
dolernos como ciudadanos es que no le echaran los perros cuando hubieron los
indicios, al igual que al gran patricio (¿o era batracio?). Ha sido necesario
que pongan encima de la mesa el desafío de la República Catalana para que la
Corte se avenga a preparar las batidas. ¿Quiere esto decir que si no se hubiese
avivado el incendio independentista no se habría activado la caza? Pues
probablemente, pero en política, si no estás limpio, alguien te la guarda.
El gran administrador
de estos resortes fue Fouché (1759-1820). Nadie como el Ministro de la Policía
de Francia en la época napoleónica en el manejo de los secretos escondiéndolos
y sacándolos a su propia conveniencia. Jacobino primero, girondino después,
colaborador de Robespierre, fue según palabras de este último el “cocinero” del
golpe de Termidor que acabó con el revolucionario jacobino -El Incorruptible-
en la guillotina de la Plaza de la Revolución (hoy de la Concorde). Como
ministro de la Policía con Napoleón se hizo tan poderoso que era temido por el
Emperador que lo odiaba y necesitaba con la misma fuerza.
Fouché lo sabe
todo. Y se lo guarda para cuando sea necesario. Si quiere tumbar al PSOE saca
del cajón a los GAL. No importa que los fondos reservados se hubieran empleado
también en época de Fraga o Martín Villa. ¡Los saco y me cargo a los
socialistas! De Monedero -de Podemos- se guardó la declaración de la renta en
la que había declarado como ganancia empresarial lo que debía haber sido renta
personal (lo que en las filas peperas no llega a ser ni siquiera pecadillo
venial) por si acaso y de Errejón la nómina de la beca de la Universidad de Málaga,
por si las moscas. Hasta que hizo falta. De los políticos alemanas se guarda
las tesis doctorales y se pasa las noches cotejando las frases con párrafos de oscuras
tesis de provincias, por si hay alguna coincidencia. Se dice que fue Fouché quien,
estando en Washington, guardó cierto vestido de becaria sin llevar a la
tintorería para hacer temblar las patas del Imperio Americano (del Emperador,
más bien), cosa que consiguió aunque sin hacerle caer.
Hace unos
días, Toni Blair reconoció cierta culpa por la situación de Irak y hasta ha
pedido perdón. Se ha excusado porque, según él se vieron abocados a una
decisión errónea “inducidos por informaciones falsas del servicio de
inteligencia”. Es decir, culpando a otros y tratando de “error” lo que fue una
abyecta mentira. Estamos esperando que Bush y aquella mosca cojonera que les
acompañaba en las Azores y cuyo nombre he olvidado ¿se llamaba Mourinho,
quizás?, pidan también disculpas. No crean que la iniciativa de Blair ha sido
algo generoso y espontáneo impelido por la humildad y la culpa, no. La
inminente publicación del Informe Chilcot, encargado en 2005 por el gobierno de
Brown y de conclusiones presumiblemente demoledoras para el trío calavera han
forzado al inglés a poner cara de bueno. ¡El muy miserable! Pero atención. La
estrategia de echarle la culpa a los servicios de inteligencia, es decir, al
MI6, puede no dar buenos resultados. ¡No
le toquen las pelotas a Fouché!
Román Rubio
#roman_rubio
Octubre 2015
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