LA
SEMILLA DEL DIABLO
Hace poco leí una entrevista a Joan Manuel Serrat en
la que confesaba que “en este tiempo yo he tenido miedo al miedo” refiriéndose
al periodo de confinamiento por la pandemia; y le entendí perfectamente, por
ser algo que todos hemos sentido en mayor o menor medida.
Los periodos de grandes convulsiones traen consigo
el miedo o, en su versión más sofisticada, el miedo al miedo: a experimentarlo
uno mismo o a ser objeto del miedo de
los demás.
Acabo de leer
una noticia en The Guardian, de esas que pasan inadvertidas, que
ilustran a la perfección a lo que aludía Serrat con lo del miedo al miedo.
El titular era:
“Se advierte a los estadounidenses que no planten las misteriosas semillas que
reciben por correo”.
Y continúa la noticia:
“Las
autoridades de agricultura de algunos estados han lanzado advertencias esta
semana sobre envíos de semillas extranjeras no solicitadas y aconsejan a la
gente que no las plante.
Residentes
de más de una docena de estados han reportado recientemente haber recibido
paquetes de semillas que no habían pedido enviadas por correo desde China.
El
Departamento de Agricultura dice estar
trabajando con Aduanas, el Departamento de Estado y otras agencias federales para
investigar el caso.
El
departamento urge a los ciudadanos a reportar los paquetes sospechosos y no
plantar las semillas”.
Ryan Quarles, un alto responsable de agricultura de
Kentucky, declaró:
“No
sabemos lo que son y no podemos arriesgar daño alguno a la producción agrícola
de los EEUU. Tenemos la producción más abundante y segura del mundo y
necesitamos mantenerla así”.
Y añade:
“En
este momento no tenemos bastante información para saber si se trata de un
montaje, una broma, un caso de “scam” en internet o un acto de terrorismo
internacional”. Y añadió: “Las semillas no solicitadas podrían ser invasivas e introducir
enfermedades desconocidas a plantas locales, dañar al ganado o amenazar nuestro
medio ambiente”.
¿Y cuál es la explicación más plausible de este
misterioso embrollo, dirán ustedes?
Pues, según desveló Phil Wilson, director de la
división industrial de plantas del organismo Better Bussiness Bureau, se trata
del típico caso de “brushing scam”,
que como el mismo funcionario explica, se trata de la estrategia de marketing
online por la que “un comerciante usa tu
dirección e información de Amazon simulando una falsa venta para generar comentarios
positivos del producto que hagan mejorar
las ventas”.
Ya ven: cualquiera que haya vendido un producto por
internet sabe que las ventas dependen de las reseñas del producto y de la
prominencia del lugar en el que Amazon te emplace. O sales en la primera página
de búsqueda o no existes.
Probablemente la explicación es así de simple, pero,
¿quién querría tener una bolsa de vulgares pipas de calabaza pudiendo tener en
sus manos la semilla del diablo?
Román Rubio