martes, 22 de diciembre de 2020

CORRECAMINOS. ¡BEEP-BEEP!

 

CORRECAMINOS. ¡BEEP-BEEP!



Las reglas, las normas y las leyes tienen una cosa buena y una mala: la buena es que obliga a la gente a cumplirlas, la mala es que a nosotros también.

En todos los pueblos se contaba entre los albañiles la historia de aquel operario que, aplicado con diligencia y buen ánimo a construir una “gorrinera” (la solución habitacional de los cerdos o “gorrinos”), andaba tan ensimismado y displicente en la tarea que quedó dentro de la misma y hubo de derribarla para poder salir. Estúpido, dirán ustedes. O distraído, que tampoco hay por qué ser tan severos.

Acuérdense  también de aquel presidente autonómico que inauguró a bombo y platillo cierta prisión del norte de la capital y que acabó al tiempo en ella como inquilino, ¿quién lo iba a decir?

Lo sabía muy bien un tal Tom, un gato decidido que en el intento de atrapar al ratoncito Jerry con el que cohabitaba (que no convivía), acababa siendo objeto de la potencia destructiva de su propio arsenal; o aquel Coyote, a menudo malherido en su empeño por atrapar al veloz Correcaminos.

En París ha ocurrido algo del estilo. El Ministerio de Función Pública de Francia ha impuesto una multa de 90.000 euros al Ayuntamiento de la ciudad —gobernado por Anne Hidalgo— por el terrible delito de tener más mujeres de las debidas en puestos de responsabilidad. En el año 2018, la administración Hidalgo tenía a 11 mujeres (69%) y 5 hombres (31%) en altos puestos, incumpliendo la Ley de Paridad, derogada en 2019, que estipulaba que la relación de hombres o de mujeres no podía exceder el 40%. La imposición de la cuota, pensada para beneficiar a la mujer, se ha vuelto en contra. El tiro por la culata.

“Absurda, injusta, irresponsable y peligrosa”, ha calificado la alcaldesa la sanción. Estoy de acuerdo en las dos primeras calificaciones: “Absurda e injusta”. En cuanto a las otras, no tanto: no se puede tachar la medida de “irresponsable” porque lo irresponsable es siempre “no” aplicar la ley y “peligrosa” tampoco la veo por el mismo motivo. Y es que lo malo de las leyes es que hay que cumplirlas, tanto si te favorecen como si no. Por cierto, como colofón a la paradoja, la sanción viene impuesta por la Ministra Amélie de Montchalin, conocida feminista.

Y si el caso de París parece el de Tom y Jerry, el de Otegui se asemeja al del Coyote y Correcaminos.

Otegui, que ha pasado más de seis años en la cárcel por el intento de reconstrucción de Batasuna, solicitó la anulación de la condena impuesta en 2011 por la Audiencia Nacional alegando la no neutralidad requerida de una jueza del tribunal. Esta preguntó al entonces acusado si condenaba a ETA a lo que Otegui se negó a responder. La jueza contestó “lo imaginaba”. Este diálogo ha sido en lo que se ha basado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) para declarar la nulidad del juicio. ¿Quiere decir que Otegui es inocente? En absoluto. El tribunal no se ha pronunciado. Lo único que ha dicho es que el juicio no es válido y, por lo tanto, se tiene que repetir.

De nuevo el Coyote ha salido chamuscado. No sé si saldrá muy perjudicado, pero todo indica que no ha conseguido, de nuevo, la presa.

Es lo que tienen las leyes.

 

Román Rubio

Diciembre 2020

 

P.D. Leo con sorpresa que Raphael ha dado dos recitales en Madrid a los que han asistido unas 8.000 personas en tiempo de pandemia. Estoy anonadado. No sé si por saber que aún canta, porque haya todavía alguien que pague por verle (desde que murió su gran fan Carmen Polo, a la que, por cierto, le regalaban la entrada) o porque el concierto haya sido en un lugar al que llaman WiZink (en serio).

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