MAMI,
QUÉ SERÁ LO QUE QUIERE PEDRO
En la novela La
mancha humana, Philip Roth cuenta la historia de Coleman Silk, antiguo
profesor y rector de una universidad de Massachusets, que había sido obligado a
dimitir de su puesto por una presunta ofensa racista. La anécdota la reprodujo
tal y como le había ocurrido a un conocido suyo, Melvin Tumin, catedrático de Sociología
en Princeton, y así lo explicó Roth en una carta en The New Yorker titulada Carta abierta a Wikipedia.
Un día de 1985, el catedrático, tras pasar lista en
una de sus clases, apreció que había dos alumnos que no habían asistido a ninguna
de las sesiones previas a pesar de encontrarse a mitad de semestre, ni habían
contactado con él en modo alguno.
Una vez acabado de pasar lista, el profesor preguntó
por los dos alumnos desconocidos: “¿Alguien conoce a estas personas? ¿Existen
realmente o se trata de spooks?” (Habría que aclarar que la palabra spook, además de “fantasma” o “espíritu”,
en el inglés norteamericano coloquial se usa como sinónimo de nigger, o negro, aunque con una connotación peyorativa un punto más baja).
Casi inmediatamente, el profesor Mel fue requerido
por las autoridades académicas para justificar el uso de la palabra ya que las
dos personas desconocidas resultaron ser negras. A continuación continuó una caza
de brujas que duró meses y necesitó de reiteradas disculpas públicas del
profesor, tal y cómo le fueron requeridas al profesor Silk en La mancha humana, a lo que este se negó
forzando con ello su dimisión.
Hace unos días, Cavani, el futbolista uruguayo del Manchester
United, fue también acusado de racismo. Tras remontar con dos goles el partido
contra el Southampton recibió muchas felicitaciones de amigos y conocidos en su
teléfono móvil. A una de ellas contestó con un: “Gracias, negrito” y a
continuación un icono de apretón de manos en signo de amistad. Esa respuesta,
que para cualquier persona bienintencionada pasaría por una expresión cariñosa
(sin tener en cuenta la naturaleza étnica del sujeto, que no ha trascendido),
ha sido vista como una ofensa racista en Reino Unido y el futbolista ha sido
requerido de sanción por la Federación inglesa (FA), lo que ha obligado a este
a pedir disculpas, no al receptor del mensaje —que en ningún momento dijo sentirse
ofendido— sino a la multitud vocinglera de puritanos del lenguaje que se han
rasgado las vestiduras.
No es extraño, pues, que el equipo arbitral rumano
que actuó en el partido de Champions PSG-Estambul se metiera en un atolladero
desde el momento que el cuarto árbitro comunicara por el auricular al primer
árbitro que debía expulsar al ayudante del entrenador del equipo turco, el
camerunés Webo, con el mensaje “expulsar al negro”, o “negru”, como se dice en rumano.
Pero no solo el integrismo de la corrección política
interviene en el debate. Hay un cierto desfase en el significado de la palabra “negro”
entre el inglés y el español que puede originar confusión. En nuestra lengua, además
de designar a una etnia (el negro, los negros), designa un color, bien como
sustantivo (el negro es un color de luto)
o como adjetivo (me he comprado unos zapatos
negros). El inglés, sin embargo, para el color tiene la palabra black, en tanto que negro o nigger se usa
solo para las personas y tiene claras connotaciones raciales ofensivas de
origen esclavista. También el francés, a diferencia del español, distingue
entre el peyorativo nègre y el más
neutro noire.
Las sensibilidades están tan en carne viva que en
las ediciones actuales de los libros de Mark Twain destinados a las escuelas se
ha sustituido la palabra original nigger,
que aparece 219 veces en Las aventuras de
Tom Sawyer, por otros términos más aceptables, como slave; y la obra de Ágatha
Christie The Ten Little Niggers (Los diez negritos) ha visto cambiar su
nombre en las últimas ediciones, primero por The Ten Little Indians (Los diez inditos) y posteriormente por And Then There Were None (Y no quedó ninguno), aunque la
editorial, de manera sorprendente, señala en la portada con letra pequeña, “antes
publicada como Los diez negritos”.
De modo que ya saben: de ahora en adelante, nueva
letra para la canción. Pueden elegir: Mami,
qué será lo que quiere Pedro, Mami,
qué será lo que quiere el perro, Mami,
qué será lo que quiere Ernesto… Pueden elegir.
Román Rubio
Diciembre 2020
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