PLOU
DE VALENT
“Al
meu país la pluja no sap ploure/ o plo poc o plou massa”
“…Y se abrieron las compuertas de los cielos; y llovió a torrentes sobre la
tierra cuarenta días y cuarenta noches”.
“Fueron
aumentando cada vez más las aguas sobre la tierra, y cubrieron los montes más
altos que hay debajo de todos los cielos. Las aguas subieron quince codos por
encima de los montes y quedaron estos totalmente cubiertos”.
“Toda carne
que se movía por la tierra pereció: aves, ganados, animales salvajes y todo ser
que pululaba sobre la tierra y todo hombre”.
“Cerráronse las fuentes del abismo y las compuertas de los cielos, y cesó la
lluvia torrencial de los cielos”.
“En el mes
séptimo, el día diecisiete del mes, se posó el arca sobre los montes de Ararat.
Y siguieron disminuyendo las aguas hasta el mes décimo; y en el mes décimo, el
día primero del mes, aparecieron las cimas de los montes.
“Al cabo de
cuarenta días abrió Noé la ventana del arca y soltó un cuervo (…) Soltó después
una paloma (…) Esperó aún otros siete días y soltó otra vez la paloma fuera del
arca. Por la tarde regresó a él la paloma con una hoja de olivo en su pico…”
Génesis (7,8)
La historia no acaba ahí. Una vez secada la tierra hubo de transcurrir
más de un mes para que Yahvé diera la orden de abandonar la embarcación.
La aventura del arca tomó su tiempo, pero este fue un suspiro en la
vida del protagonista. Vean: Noé era hijo de Lámek, que había sido engendrado
por Matusalén cuando este tenía ciento ochenta y siete años (aún vivió
seiscientos ochenta y dos más) y el mismo Noé tenía quinientos años cuando
engendró a Sem, Cam y Jafet; todo un prodigio de fecundidad y vigor de una
tardía juventud.
Y es que, como dijo Einstein, esto del tiempo es muy relativo. Dejará
de llover.
Román Rubio
Marzo 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario