sábado, 9 de diciembre de 2023

PROCUSTO

 

PROCUSTO Y PISA



Procusto es aquel personaje de la mitología griega representado en ocasiones como un gigante que vivía en una casa aislada en las montañas de Ática con su esposa Silea. Allí acogía a viajeros de paso y les ofrecía cobijo. Si eran más largos que la cama les aserraba los pies, las manos y lo que hiciera falta y a los pequeños los descoyuntaba hasta que se adaptaban a la medida. Al final, Teseo, con engaños acabó con él dándole de su propia medicina, pero eso es otra historia.

De igual manera nos conducimos los humanos en cuanto a idearios se refiere. Cualquier cosa que acontece debe adaptarse a la hipótesis preconcebida y ajustarse al marco doctrinal propio, como el viajero a la cama del desalmado posadero. No me digan que no reconocen el síndrome: en cualquier reunión de amigos, familiares, compañeros de trabajo o miembros del club de lectura, sabemos de antemano que pensará cada uno del grupo, se trate de inmigración, turismo, clima, economía, geopolítica o delincuencia. Cada cual se manifestará según lo previsto, no vaya  a ser que el pensamiento libre, como explicó Erich Fromm, nos ponga a la intemperie, fuera del rebaño.

Hace unos días salió el resultado de las pruebas PRISA, ese test al que se someten los países de la OCDE para conocer la salud del sistema educativo midiendo competencias en escritura, matemáticas y ciencias a escolares en el año previo al bachillerato.

Como de costumbre, España obtuvo un resultado mediocre. Había caído algo (pandemia de por medio) pero no tanto como otros países del entorno. Había, eso sí, una novedad inquietante: el País Vasco y, sobre todo, Cataluña habían experimentado una bajada brutal. Esta última (Cataluña) se sitúa muy por debajo de la media española, en el puesto número 14 de las autonomías, solo por delante de Castilla-La Mancha, Andalucía y Canarias. Hasta aquí, los hechos.

¿Y cuál ha sido la lectura de los mismos? Pues, previsible:

—Para los del PP, Vox y demás peñas del espectro conservador y tradicionalista la culpa es del bilingüismo por un lado y del abandono de la excelencia  por otro. ¿Cómo va a aprender lo mismo un chico manejando una lengua que dos? Y, ¿cómo vamos a sacar buenos resultados si bajamos contenidos e igualamos por abajo?

—Los catalanistas (separatistas o no) argumentan que la culpa la tienen los inmigrantes, como se apresuró a decir  el Secretario de Políticas Educativas Ignasi García, desmentido (o matizado) al día siguiente por la Consellera del ramo. Claro, que había que tener en cuenta que Madrid, con un número de inmigrantes similar, quedó arriba, en el cuarto lugar, muy por encima de Cataluña. La razón del Procusto catalán fue que en Madrid los inmigrantes son mayoritariamente hispanos y en Cataluña africanos y asiáticos. También se quejaban los responsables catalanes que los chicos que reciben la escuela en catalán están sometidos luego a un gran input de castellano e inglés por los medios de comunicación y redes sociales, lo que crea disfunción.

Los partidos de izquierda salieron a la palestra para atribuir a la pobreza y las situaciones familiares precarias la causa del descalabro, obviando conscientemente el hecho de que pobreza e inmigración están fuertemente correlacionadas, mientras los sectores católicos militantes aseguran que la causa está en la “falta de valores” que impera en la escuela pública.

¿Y los sindicatos?, ¿qué dicen los sindicatos? Pues, como pueden anticipar, estos atribuyen al fiasco a la ratio de alumnos por aula, que en Cataluña es mucho mayor que en las regiones de resultados buenos como Castilla-León, Asturias o Cantabria, de población más dispersa.

Como ven, cada cual cita y omite aquello que no cuadra con su ideario, pero, ¿y si tuvieran razón todos juntos y ninguno por separado?

Veamos: Castilla-León, Asturias y Cantabria, que han obtenido los mejores resultados tienen en común varios factores (y sigo el análisis que encontré en el periódico que leo a diario, de tendencia socialdemócrata):

Tienen poblaciones relativamente pequeñas (el 7% de España entre las tres), las tres cuentan con pocos alumnos extranjeros, que suelen sacar peores resultados (un 7.6% en Castilla-León por un 15.7% en Cataluña), las tres comunidades tienen en común estar bien financiadas por el estado e invierten entre un 15% y un 20% por alumno, por encima de la media, y cuentan con una ratio de alumnos inferior a la media española, sobre todo en la escuela pública, que es la que da servicio al área rural. ¡Ah!, y el diario al que aludo ha olvidado señalar (¿intencionadamente?) que son comunidades monolingües (en su sistema educativo, al menos), lo que quedaría muy feo señalar en el rebaño socialdemócrata.

Ya ven, Procusto siempre ajustando a los peregrinos  para amoldarlos al tamaño de la cama.

Román Rubio

Diciembre 2023 



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