PAROLE
He escuchado (y leído) a más de un escritor decir que
hay que ser comedido con los adjetivos y algo tacaño con los adverbios si se
quiere ser preciso y efectivo con los textos. Algunos tenemos el vicio de
fijarnos en las palabras y buscar en ellas si no la verdad, sí al menos, la
precisión, que es algo mucho más humilde. Y no solo con los adjetivos sino
también con los sustantivos y expresiones. Como decía aquel: ¿Por qué dicen
amor cuando quieren decir sexo?
Mi antena de vigilancia de las palabras, de alta
sensibilidad, condicionada quizá por mis muchos años en las aulas y algo de
presunción, ha detectado algunas confusiones y usos viciados de ciertas
palabras en los medios de comunicación:
Lluvias
persistentes.- ¿Por qué decir persistentes cuando se
quiere decir copiosas? Aficionado como soy a las predicciones del tiempo he
notado que muchos de los comunicadores usan lo de lluvias persistentes cuando
se espera mucha lluvia, relacionando el término con la cantidad de agua
esperada. Pues no: persistentes serán si son duraderas o se repiten una y otra
vez en un periodo de tiempo relativamente corto. Si cae mucha agua hablaremos
de lluvias abundantes o copiosas. Y estas serán persistentes o no dependiendo
solo de la duración.
Envergadura.-
Desconozco la razón, pero no hay transmisión futbolística televisiva en la que
los pregoneros del micro no se refieran a la envergadura hablando de los defensas centrales. Que si los
centrales del Athletic tienen más envergadura
que los delanteros del Cádiz o que si el entrenador, para dar consistencia
defensiva, da entrada a Fulano que tiene más envergadura. Pero, ¿por qué decir envergadura cuando quieren decir
altura, estatura, corpulencia o poderío físico? La envergadura es lo que mide
el cóndor de Simon y Garfunkel con las alas extendidas y es un parámetro muy
importante en algunos deportes. En el baloncesto, por ejemplo, en donde el jugador
ocupa espacio con los brazos extendidos o alzados. También en el boxeo, en
donde se mide la envergadura del luchador con los brazos extendidos al frente y
pasando la cinta métrica por hombros y espalda y que proporciona o no ventaja
manteniendo el rival a raya, pero es algo irrelevante (o incluso
contraproducente) en el fútbol, ya que lo único que potencia es la posibilidad
de hacer penalti por manos en el área.
En el último partido que me tragué en televisión,
además de sentirme incomodado por la envergadura
de los centrales rivales, me topé con algo realmente singular. Resulta que a cierto
jugador de mi equipo, que había hecho una actuación algo menos mediocre que los
demás, se le había declarado “embipí”
del partido. ¿”Embipí”?, dije yo:
¿qué carajo es eso? La persona que estaba junto a mí, más puesta al día de las
caprichosas bufonadas de los predicadores del micro, me dijo que la palabreja
responde a las siglas inglesas de MVP (Most
Valuable Player) que quiere decir algo así como jugador más valioso o,
todavía más claro y sencillo, “Mejor
jugador”. Nunca lo habría adivinado al escucharlo: en primer lugar porque
en inglés, cuando se trata de nombrar siglas no se hace a modo de palabra sino
con una ligerísima pausa en la entonación (em-bi-pi)
y en segundo lugar porque la “v” inglesa
es labiodental en tanto que la “b” es
bilabial, por lo que ni siquiera un nativo de Minnesota habría entendido de qué
estaba hablando el pregonero. Y digo yo: ¿Qué hay de malo en decir que
Menganito ha sido elegido el “Mejor del
partido”?
Habrá quien me acuse de estar desfasado. No solo lo
acepto sino que me congratulo a menudo de estarlo; sobre todo cuando veo tanta
estupidez que va llegando. En ocasiones anteriores, en este mismo blog, he
mostrado mis filias y fobias sobre las palabras nuevas (esencialmente
anglicismos) que van apareciendo en nuestro idioma. Amo algunas y detesto
otras. Entre ellas (las que detesto) hay una nueva que quizá no hayan oído aun.
Se trata de delulu. No sé el
recorrido que tendrá en español. Espero que sea corto. Parece estar muy de moda
en Tik Tok y otros altavoces. Viene del inglés delusion (engaño, ilusión) y se refiere a esa actitud positivista
de que todo es posible y al alcance de uno. Hablaré de ello si la palabra cuaja.
Román Rubio
Diciembre 2023
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