EL PEQUEÑO BERLUSCONI Y LOS BEATLES DEL EUROMILLÓN
“Correcto, ahí hay un millón. Aquí un millón más.
Hay 24.000 ahí. 3.000, 4.000, 5.000, 6.000… 12.000 euros”; 2 millons de peles”
Ahí tenemos a un estudioso del alma humana en
acción. Nada de filosofía ni literatura ni historia de la lengua. “Aixó per als
de a mes a mes y gairebé. Mosatros a lo
nostre” La pasta fácil, combustible de la corrupción, alimento del poder,
sostén del estatus de la vulgaridad, ficción de grandeza para muchos.
“Si alguien cree que he cometido un delito,
tendrá que demostrarlo”. Como todos, señor Rus, como todos. Para que contar
pasta –presuntamente- en un coche sea delito dependerá de la procedencia de
ésta y de que se pueda demostrar. No sé si en su caso se podrá hacer, pero a
nosotros, a los comunes, no nos ha costado ningún esfuerzo imaginar a usted con
las manos en el fajo de billetes. Ninguno. Algunos parecen (hasta físicamente)
diseñados para ello.
Alfonso Rus y Joe Pesci
Las similitudes entre el señor Rus y el gran chamán
del oropel y la marrullería, señor Berlusconi son notables. Son como dos gotas
de agua. Bueno, una gota muy grande, como una garrafa y una gota chiquitita,
como…como una gota. Diríase de Rus que es una fotocopia de Berlusconi tamaño
carnet. No sólo por el tamaño, para lo que Rus ha tenido que esforzarse con
aplicación y empeño, pues una talla menor que la del Gran Farsante, le ponía en
una posición cercana al enanismo y, por tanto, difícil de gestionar. Pero nada
parece interponerse entre el pequeño gran hombre de Xátiva y sus deseos, de
modo que ¡prueba superada!
Las aficiones de estos grandes hombres corren
paralelas. El amor por la música hizo del setabense baterista de algún grupo
musical de su época juvenil, lo que celebra subiendo al escenario de tanto en
tanto para provocar el deleite de sus incondicionales, aporreando los timbales.
El milanés, cantante de orquesta en su
juventud, embelesaba en los cruceros a damas de Ohio y Lancashire con sus “Oh,
sole mío”, “Sapore di sale” y simpáticas y festivas tarantellas.
Además de la música, el fútbol ha sido otra de las
aficiones de nuestros amados héroes del pueblo. Y del fútbol, su lado más próximo al recuento de billetes en el cuarto trastero: la gestión. ¡Quién
no se fuma un puro en el palco del equipo de su alma un domingo por la tarde
¿qué coño hace?! Su arrojo e iniciativa empresarial los ha llevado a lo más
alto del deporte rey, a la presidencia de sus equipos del alma. Silvio, a la
presidencia del A.C. Milan, equipo con el que ha obtenido algunos scudetti y alguna que otra copa de
Europa. Rus, que siempre confesó su querencia por la presidencia del Valencia CF -hay que contar más pasta en el coche para eso-, preside el muy honroso Olímpic de Xátiva en la categoría
de Segunda B. Es una lástima que el listón competitivo no facilite el
cruce de estos dos insignes clubs, evitando así la sabrosa foto del palco con
los dos maestros del desacato a la decencia en el palco, codo con codo.
Comoquiera que hombre pequeño necesita coche grande,
nuestro prohombre local se compró un Ferrari por si había que medir fuerzas. A
él nadie le moja la oreja. Se cuenta que, durante el Congreso del PP en Valencia
en que fue aupado Rajoy con la fuerza del entonces todopoderoso PP valenciano,
se ofreció el intrépido setabense a servir de chófer del primer espada con su
Ferrari rojo. Rajoy, con el sentido común que le caracteriza, rechazó, por
ridícula, la idea. Y es que estos tipos de Madrid no tienen sentido de la
fiesta ni de las preferencias del pueblo. ¡Estreñidos y estiraos, eso es lo que
son!
Hasta sus mujeres tienen un cierto parecido. A ver,
una es rubia y otra morena; bueno, en la foto; de origen… Hay diferencias
morfológicas evidentes entre ellas, por supuesto (perdón por la incorrección de meterme
en la vida de unas personas que no han hecho nada más que vivir con alguien),
pero, ¿a que se las imaginan juntas de compras? Insisto, no las conozco y no dudo que sean unas bellísimas
personas, pero, por alguna razón, las veo en la sala de espera
del cirujano plástico más exclusivo intercambiando información sobre las
últimas novedades de tratamiento antiaging.
En fin, el patricio padano mostró una afición por las velinas espectaculares
mientras nuestro héroe local llamaba a la celebración “con champán y mujeres” en
la noche electoral. “Las nuestras, claro” – añadió el muy pillín.
Qué gran orquesta habrían hecho estos dos individuos
acompañados por Eduardo Zaplana a la
guitarra solista y Carlos Fabra al bajo - que podría aprovechar los descansos
para escenificar suculentos monólogos de chistes y divertidos chascarrillos-. Qué
fabuloso repertorio de corridos, tarantellas, boleros y milongas podrían reunir los
cuatro magníficos para amenizar las veladas de las Asociaciones de Amas de Casa
de los pueblos de nuestra bendita tierra “Los Beatles del Euromillón”. Y tras el concierto,
el champán y las velinas. Que la vida son cuatro días, hombre.
Román Rubio
#roman_rubio
Mayo 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario