viernes, 8 de mayo de 2015

SOFT POWER

SOFT POWER


El concepto de soft power o poder blando fue introducido por el profesor de Harvard Josph Nye en una obra de 1996, que desarrollaría después en su libro Soft Power: The Means to Success in World Politics (2004). Es un interesante y práctico concepto que se refiere a la capacidad de influencia de los países (o instituciones), pero principalmente países,  para influir en los demás basado en términos que excluyen la potencia militar y la capacidad diplomática coercitiva del poder puramente militar y económico, a lo que el autor considera hard power o poder duro.



“La seducción siempre es más efectiva que la coacción” es una de las ideas expresadas por Nye, contradiciendo el consejo de Maquiavelo al Príncipe de “mejor es ser temido que amado”. La presión diplomática respaldada por ejércitos prestos a intervenir y la amenaza o implementación de sanciones y embargos es algo a lo que los poderosos no parecen dispuestos a renunciar: véase Cuba y/o Irak. ¿De qué ha servido el más de medio siglo de embargo a la Cuba Revolucionaria sino para empobrecer a la población y enardecer el rencor y la resistencia anticapitalista? ¿Qué efectos ha causado la estúpida invasión de Irak por el absurdo empecinamiento de George W. Bush que no sea el baño de sangre en que se ha convertido el territorio y la corresponsabilidad en el advenimiento del nuevo estado islámico ISIS? Es muy posible que el Papa Francisco, con su solo prestigio personal e institucional y reputación  pacifista, actuando como mediador, consiga un mejor resultado en el tema Cuba-Estados Unidos que 50 años de bloqueos y amenazas.

La empresa consultora británica Monocle elabora una Soft Power Survey anual y hace pública una clasificación de los países según su poder blando atendiendo a: tradición democrática y credibilidad del gobierno, permisividad religiosa y laicismo público, infraestructura diplomática, capacidad de la educación y atractivo para los negocios. La clasificación es el resultado del análisis por países de cincuenta factores que abarcan aspectos tan dispares como el número de embajadas y misiones diplomáticas y área del mundo que cubren, medallas olímpicas obtenidas por el país, arquitectura del territorio y atractivo turístico, reputación de marcas comerciales, prestigio de la cocina, proyección mundial de los deportes y deportistas en el escenario internacional, prestigio de las universidades, número, calidad y reconocimiento de las publicaciones y de la producción científica y artística, literatura, televisión cine y cultura popular y su difusión a otros países.
El resultado del último estudio es el siguiente:

1  United States             2  Germany         3  United Kingdom 
4  Japan                        5  France             6  Switzerland
7  Australia                   8  Sweden           9  Denmark
10 Canada                     11Spain              12 Italy


España queda situada en un honroso puesto 11, por delante de Italia, Holanda, Nueva Zelanda, Corea, Noruega, Finlandia, Bélgica, China (en el puesto 19, aunque mejorando por su creciente influencia en África y Latinoamérica). En el puesto 24 encontramos a Portugal y en el 27 a México. Rusia no aparece entre los 27 primeros. Al parecer la empresa de comunicación britànica Monocle solo ve poder militar, poder duro (hard power) en el gran país euroasiático.

El ránking propuesto tiene sentido. Estados Unidos aporta su ingente producción de cine y televisión que alimenta el color de los sueños de mucha gente del mundo. Sus universidades son un reclamo para estudiantes de todas partes, acogiendo al 28% de todos los estudiantes que cursan sus carreras en el extranjero, ciudadanos que en muchos casos se convierten en miembros de la clase dominante de vuelta en sus países. La innovación tecnológica y producción científica es contundente. La arrogancia diplomàtica con que se ha conducido el país en ocasiones ha podido restar algo a la enorme cantidad de soft power expresado por el gran país.

Reino Unido también tiene un sistema universitario sólido con cuatro o cinco universidades entre las más reputadas del mundo y acoge al 14% de los estudiantes expatriados. Londres es centro de negocios de primer orden y el sistema legal mercantil  del Reino Unido y sus tribunales son el marco favorito de los contratos internacionales, acogiendo la ciudad a cuatro de las seis principales firmas de abogados mecantiles del mundo. La música popular, el negocio de la lengua, la completa red de embajadas y misiones diplomáticas, la producción literaria, la actividad teatral y de ocio de Londres, son otros activos del Reino Unido.

El prestigio de las marcas comerciales, la excelencia de la industria, otorgan a Japón y sobre todo a Alemania, el lugar preminente en el escalafón. La influencia en África, la francofonía y una política independiente y a favor de los derechos humanos dan a Francia su credibilidad, lo mismo que ocurre con los países escandinavos. Suiza aporta su impecable neutralidad (y no solo con el dinero), ¿y España? ¿cúales son los activos que España pone sobre la mesa y que la hace puntuar por encima de países como Italia y Holanda?

España, que en el apartado político y de tradición democràtica no sale muy bien parada, con un bagaje de intransigencia religiosa (Inquisición) y postrer bastión del fascismo, saca pecho en capítulos como el de atractivo turístico, con una afluencia de visitantes que superan los sesenta millones anuales y con el sector turístico más competitivo del mundo. La arquitectura, paisaje, clima y otros elementos culturales la hacen el país más atractivo del mundo para visitar y el más elegido por los universatarios del programa Erasmus. La actuación de los deportistas españoles en el escenario internacional y (créanlo o no) la simpatía y alegría natural del pueblo español suman, y mucho,en el haber. No consta, en cambio, que –como dicen algunos- el gracejo de las señoras Rita Barberá y Esperanza Aguirre, la bonhomía y fidelidad al caído de Martínez Pujalte, la sinceridad manifiesta de González Pons, la honestidad de Eduardo Zaplana y Carlos Fabra, la profunda cultura y capacidad de comunicación de Floriano y el gran carisma de Rajoy Brey aporten nada al soft power español. Al menos según las escalas de la empresa britànica Monocle.
Román Rubio
#roman_rubio
Mayo 2015

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