martes, 8 de diciembre de 2015

MASSIEL, EL TRÍO LALALÁ Y EL FUGITIVO

MASSIEL, EL TRÍO LALALÁ Y EL FUGITIVO


En los círculos del PP, al trío formado por Pedro Sánchez  (PSOE), Pablo Iglesias (Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos) le llaman con ironía, algo de soberbia y unas gotitas de desprecio, el trío Lalalá; bueno, tras el debate que vimos en la tele la noche del lunes habrán dejado de hacerlo, pues la concurrencia de Massiel Sáez de Santamaría y, sobre todo, la ausencia de Richard Kimble (El Fugitivo) –de vacaciones en Doñana- habrán cortado de raíz las ganas de ironías, aunque en un partido con tipos tan pintorescos como Hernando, Floriano, Cospedal, Barberá, Aznar… nunca se sabe qué misteriosos caminos puede tomar la ironía.



 Lo cierto es que por primera vez en un debate de esta naturaleza el protagonista ha sido… un ausente, que por lo visto se dijo a sí mismo aquello de: “Más vale ser un cobarde un minuto (bueno, unas dos o tres horas que duró el evento) que  un muerto el resto de tu vida”. Lo cierto es que no se trata de un minuto, ni de una o tres horas. Se trata de que cuando hay un referéndum en Cataluña Rajoy desaparece, cuando hay elecciones plebiscitarias también, rehúye las ruedas de prensa y toda situación que conlleve algo de riesgo. Rajoy es esquivo, receloso y evasivo. Es medroso, tímido, temeroso, pusilánime, atemorizado, apocado, acoquinado, acojonado, achantado, encogido, irresoluto, amilanado, gallina, cagón y cagueta, que no son sino sinónimos que de la palabra “cobarde”. O si lo prefieren, lo contrario de animoso, arriesgado, audaz, bizarro, bragado, corajudo, valiente y varonil que responderían a los del tipo “valiente”. Y por eso, por todo ello, ha sido objeto de mofa en las redes sociales este martes de diciembre.


Los demás arriesgaron y como todo el que arriesga gana y pierde. Pedro Sánchez vio como Iglesias, en su afán por hurtarle votantes desengañados,  le comía el terreno en plan paternalista dejando ver que tenía poco poder en un partido con viejos vicios. A Albert se le vio inquieto, nervioso y como con ganas de decir más de lo que el tiempo y la ocasión le permitían, Pablo Iglesias –el campeón, según muchos- se lió con la invención de  una consultora, la “House Water Watch Cooper”y con un inexistente referéndum de pertenencia a España en Andalucía. Además, atribuyó a Churchill (cómo no) una cita sobre la perfidia de los números que al parecer éste nunca dijo; ¡ay que ver la cantidad de citas falsas que se le atribuyen a Churchill! La Vicepresidenta aguantó el chaparrón, recitó su martingala desde varios ángulos y arriesgó lo que debía de haber arriesgado otro. ¡Ah, por cierto!, alguien, quizás Albert Rivera, o quizás Iglesias debería decirle a la Vicepresidenta que el nombre del muy nombrado Mas (Artur), catalán él, se pronuncia Artúr (perdón por la tilde) y no Ártur, como se pronunciaría si fuera un inglés desafortunado que hubiera perdido la “h” en el proceloso camino a la independencia. Son esos pequeños detalles que una vicepresidenta de España y, como ella mismo dice, también de Cataluña, no debería pasar por alto ni despreciar. Los catalanes (entre otras cosas) están hartos de que esto ocurra.

Se dice que La presencia de Mariano habría sido peor. Podrían tener razón. Dicen que por la edad. Que hubiese quedado fuera de lugar dada la diferencia de edad que le separa de los otros contendientes. Niego la mayor. No es la edad, es la antigüedad, el anacronismo, el olor a neftalina, la vetustez, el arcaísmo y la obsolescencia lo que habría hecho su presencia en el debate un anacronismo. ¿O es qué se habría dicho lo mismo de la presencia en el debate de un Sandro Pertini (Presidente de la República italiana), Tierno Galván, Losé Mújica (Presidente de Uruguay) o la mismísima Manuela Carmena, venerables ancianos todos ellos? No, no es la edad. Es la dignidad que los años dan o quitan, depende. Rajoy, me temo, ya habría sido viejo a los treinta años para debatir con los que tenía que debatir. Como su amigo Bertín, pero al revés. Bertín era joven y desenfadado a los treinta y lo sigue siendo a los sesenta. Fachita él, pero juvenil. Nobody is perfect.

Román Rubio
@roman_rubio
Diciembre 2015


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