miércoles, 2 de diciembre de 2015

POP UPS

POP UPS



La VISA es un gran invento. Por un ¿módico? precio tienes un pedazo de plástico en el bolsillo que te permite pagar una comida o un par de calcetines en Tokio, San Francisco o Ponferrada. Además te permite sacar pasta local fresca en cientos de miles de esquinas de todas las ciudades del mundo y a cualquier hora. Chapeau. Tiene un pequeño tributo que a muchos le parece la venta del alma a la sociedad del Gran Hermano. Si te da por asesinar a tu vecino o a tu prima Leonor y quieres desaparecer, sabes que no debes usar tu tarjeta o al minuto tienes a la policía encima. Tampoco puedes comprar un kalashnikov con ella ni, tal y como están las cosas, un billete de avión a Damasco o Kabul. Big Brother is Watching You. Me parece razonable; lo asumo. Me permite pagar cualquier cosa en cualquier parte sin llevar efectivo y, como contrapartida, Big Brother sabe dónde estoy, qué me gusta comprar y qué compro. Fair enough.

El otro gran chollo de nuestra época es Internet. Por un precio próximo a la gratuidad disponemos de una cantidad de información si no infinita, ilimitada, no sólo por la enormidad del material disponible, sino por el que se genera en cada momento, que lo  hace inabarcable.
Pertenezco a ese tipo de personas interesadas en cosas poco prácticas, que no valen nada en el mercado y que ni siquiera está claro que aumenten la sabiduría. Cosas superficiales e inocuas tales como el ránking de las ciudades con mejor clima para vivir (por cierto, según el oráculo de la www es Viña del Mar, Chile), la lista de los aeropuertos con más tráfico o la de ciudades más influyentes. Para personas como yo, Internet es el instrumento.

Dos son los sitios virtuales que últimamente he estado explorando. Uno es 




Se trata de una página en la que aparecen todos los aviones que se están moviendo en el mundo en tiempo real. Los avioncitos, amarillos, parecen avispas que van aproximándose a los avisperos que no son sino los grandes aeropuertos del globo: Londres, Chicago, Frankfurt, Hong Kong, Dubai, Tokio… Pones el cursor sobre cualquier avión, clicas (gran verbo) y te aparece a la izquierda de la pantalla el modelo, compañía, origen, destino…¡ no me digan que no es un magnífico entretenimiento para una persona con curiosidad de la que no da dinero! Es llamativo observar como el día y la noche determinan en buena medida el tráfico y dependiendo de la parte iluminada del mundo América, Europa o Asia se convierten en un hervidero. África, en cambio, se queda en todo momento como ignorada por las avispas que se desplazan mayormente por pasillos como el del Atlántico Norte, el de la península arábiga (Dubai, Doha…) a Europa (Londres, Frankfurt, París…) o el de Hong Kong a Seúl, Pekín Tokio en que los aviones parecen hormigas amarillas siguiéndose unas otras un filas densísimas y casi perfectas.


Otro lugar virtual que ha estado ocupando mi ocio  es Numbeo http://www.numbeo.com/cost-of-living .  Se trata de una base de datos que compara el coste de la vida,  de la vivienda, tráfico, contaminación, nivel de delincuencia y servicios sanitarios en ciudades del mundo. Los datos, recogidos como tantas cosas en la red por contribuyentes anónimos, reúne 2.178.062 precios de distintos productos en 5.576 ciudades. He considerado una serie de productos representativos de los parámetros alimentos, vivienda y transporte  y he comparado los precios en cuatro ciudades: Valencia- por ser dónde  vivo-, Nueva York –como capital del Imperio-, Oklahoma City –como ejemplo de la América profunda- y Oslo –por ser una de las ciudades más caras de Europa (pero no la más cara)-. Esta es la comparativa (en Euros).

                                              Valencia          Oklahoma C               New York       Oslo
Pan (500 gr)                            0.85                 1.99                            3.05                 2.75
Arroz (1 kg)                            1.00                 2.50                            2.60                 2.89
Manzanas (1 kg)                      1.62                 3.66                            4.72                 2.21
Tomates                                  1.31                 3.13                            4.15                 2.64
Cebollas                                  0.75                 2.28                            3.12                 1.64
Vino (medio)                           3.50                 10.38                          11.30               13.04
Cerveza                                  1                      1.35                            1.65                3.00
Metro/autobús                          1.50                 1.42                            2.35                3.26
Metro (mes)                            41.80                                                  110                 73.87
Gasolina                                 1.19                 0.56                             0.71                1.55
Alquiler piso1 dorm.                440                  730                              2811               1206
Precio m²                                1550                1036                            18179              6441
Salario medio (neto)                1489                2050                            2637                3010



De lo que se pueden extraer jugosas conclusiones: El precio de la vivienda en Nueva York es extravagantemente caro, tanto en alquiler como en compra. Lo sabíamos ¡Pero los tomates…. ¿Cómo pueden valer más de 4€ un kilo de tomates?, ¿se han vuelto locos?! No tiene ningún sentido. Si la lata de cerveza me cuesta 3€ en un supermercado de Oslo, ¿tendré que pedir un crédito para tomar una  birra en el bar del hotel? La alimentación es ridículamente cara en América, o, para ser precisos, los alimentos frescos. En lugares relativamente modestos como Oklahoma, un kilo de tomates cuesta 3.13 € y un kilo de cebollas 2.28€. Si añadimos otras hortalizas frescas a la cesta como pimientos y pepinos deducimos que un gazpacho, una salsa de tomate  para los espaguetis o una buena ensalada sale por un pico.  Por el contrario,  en otro pasillo del supermercado se encuentran los platos precocinados, de calentar y comer por un par de dólares, con su salsa, su queso y sus innumerables conservantes y saborizantes y con un sabor estupendo; lo que, junto con el bajo precio de la gasolina, explica que los ricos sean delgados y los pobres gordos, no como tordos en otoño, como lo son en mi país, sino como ballenas en la corriente de Humboldt. Son tan enormemente gordos  que muchos se desplazan por los pasillos de los supermercados con esos carritos eléctricos, como de jugar al golf. Me hace pensar que quizás a sus seguros o sus Medicare o Medicaid les saldría más a cuenta subvencionar los alimentos frescos en vez de pagar los sofisticados carritos.

Pues bien, todo eso y mucho más se puede observar comparando precios en la página de Numbeo y todo (y ahora vamos al título del artículo) por el ridículo precio de aguantar con resignación esos anuncios, ligeramente irritantes,  que de vez en cuando, sin venir a cuento, te aparecen en la pantalla anunciándote vuelos baratos a Oklahoma (¿quién demonios va a querer ir allí?) o alquileres en Nueva York (intocables) y que se llaman pop ups. De verdad que vale la pena.

Román Rubio
@roman_rubio
Diciembre 2015 

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