TAIZÉ Y OTROS
EVENTOS
No todos los días tiene uno un tema sobre el que componer un artículo. Cuando esto me ocurre, hojeo el periódico en busca de ideas. Y eso hice el sábado saboreando un café.
La noticia más
relevante del periódico local que examiné fue la clausura en mi ciudad del
último encuentro europeo ecuménico Taizé. ¿Qué no saben ustedes de que les
hablo? Yo tampoco lo sabría yo de no haberse celebrado en mi ciudad. Se trata
de una reunión anual de jóvenes mayormente europeos de distintas religiones, mayoritariamente
cristianos, que se citan en una u otra ciudad para “orar” o reflexionar juntos,
al tiempo que se conocen y conviven unos días bajo la organización y tutela del
hermano Alois, en una iniciativa de sana espiritualidad y convivencia entre
religiones. La verdad es que los 17.000 o 30.000 jóvenes (según fuentes),
alojados en su mayor parte por voluntarios, se han hecho notar de manera
agradable y discreta en la ciudad. En momentos del día se veían grupos
numerosos a pie o con bicicletas alquiladas de un lado para otro comunicándose
en sus propias lenguas o en ese inglés titubeante e impreciso que sirve lo
mismo para un roto que para un descosido. Nada que ver con la ostentación y el despilfarro
que supuso para esta ciudad la visita del Papa en 2006 y sus interminables
filas de retretes portátiles. Diríase que los chicos y chicas del Taizé venían (como
Dios manda) meados de casa. Para sus oraciones conjuntas o lo que fuera que
hicieren de manera multitudinaria se habilitaron dos enormes carpas en el
Parque del Turia. Y cuando digo grandes quiero decir “grandes”: como un campo
de fútbol, ¡como una catedral! Lo que me hace pensar que para qué quieren
construir una catedral de lona para el encuentro si a unos quinientos metros,
en pleno centro, hay una estupenda de piedra, , construida hace unos
cuantos siglos con el propósito de reunir en oración o acto litúrgico a
grandes masas. Secretos indescifrables de la religión; como la fe misma.
Unas páginas más adelante del mismo diario me
encontré con una entrevista que atrajo mi atención. La joven tinerfeña Carolina
Abril, elegida mejor actriz porno (o algo así) de 1915, -que en ningún momento
alegó haber asistido al encuentro ecuménico Taizé- confiesa ser adepta a la
“pansexualidad”. Según la lozana canaria le pone lo mismo “un viejo, un gordo,
una vieja o una gorda”. ¡Alto ahí, querida! No cuela. Lo siento, no me lo creo.
A partir de ahí leí con detenimiento lo que fue una cadena de declaraciones que
parecían haber sido dictadas por un asesor, “coach”, “community manager”
o lo que sea quien le dice lo que tiene que decir el angelito para atraer a
todos los públicos hacia sus, sin duda, excelentes “trabajos”. Siguiendo con
sus fantasiosas afirmaciones declara gustarle el sexo con desconocidos en los
aviones ¡otra fantasmada!, ejercer su profesión con la aceptación de sus padres
(difícil de imaginar) y declara la dificultad que tiene para encontrar pareja
(perfectamente comprensible) -al parecer le resulta más fácil encontrar a
alguien arriba o debajo de ella que al lado-. Declara también y ahí es donde
muestra su impostura de manera más evidente su atracción obsesiva por Iniesta:
“desde que marcó aquel gol ¿?, sueño con él” No, Carolina, no. Se te ve el
plumero. Si me dices que sueñas con Sergio Ramos colaría; te enemistarías con
el 50% de los españoles pero colaría, aunque a algunos nos resulte difícil
comprender que a alguien pueda “ponerle” un pedazo de carne tatuado con acento
andaluz. Si me dices que sueñas con Piqué, colaría; te enemistarías con el 90
por ciento de los españoles pero colaría, pero si insistes en soñar con
Iniesta, te conciliarías con la totalidad de los españoles. Otra cosa es que
cuele. Astuta la chica. No da puntada sin hilo.
Y finalmente
mi noticia favorita: el fotógrafo freelance
Joel Goodman salió en Manchester la madrugada del Año Nuevo a hacer fotos para
la prensa local de los restos del naufragio que la Nochevieja provoca en la
ciudad y se encontró con la actuación policial tras una pelea. Nada de
particular. Envió su foto, esta fue publicada en The Evening News, periódico local, y se fue a dormir. Al
despertarse el siguiente día vio que su foto había sido retuiteada decenas de
miles de veces; ¿Qué tenía de especial?
En primer
plano hay un hombre en el suelo con evidentes muestras de shock que está siendo atendido por la policía mientras una mujer
vestida como de fiesta interpela a los agentes y hay gente parada en las aceras
mirando con interés el desenlace. So far so
good. Ahora fíjense en el tipo que está tumbado, de costado, con la panza
al aire en medio de la calzada. Con una expresión neutra, como el que está
tranquilamente en el sofá de su casa, intenta alcanzar una botella de cerveza
que permanece ahí milagrosamente sin derramar, casi al alcance de la mano…
La imagen se
ha difundido por Internet y en pocas horas se ha convertido en obras de Picasso, Seurat, Miguel Ángel… y hasta en una Estatua de la libertad. Cosas de la www.
Román Rubio
@roman_rubio
Enero 2016
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