miércoles, 14 de junio de 2017

RENTA BÁSICA UNIVERSAL

RENTA BÁSICA UNIVERSAL


Parece ser que cada vez es menos necesario el trabajo de las personas. Las máquinas, los ordenadores, la robótica y la optimización de los métodos de trabajo hacen más eficientes los procesos productivos y cada vez más se van necesitando menos mano de obra y, por lo tanto, menos trabajadores. La idea de “una persona, un puesto de trabajo” se va haciendo cada vez más obsoleta. Somos pocos –o son pocos los que nacen- y aún así sobramos (unos más que otros) para el mercado de trabajo.

Ante la evidencia, empieza a extenderse la idea de la necesidad de una Renta Básica Universal, es decir, un sueldo para todos y cada uno de los ciudadanos, pegue o no pegue palo al agua. La idea, en principio, parece una iniciativa radical de izquierdistas impenitentes como Monedero o Varufakis (que la apoyan), pero en realidad no es así. No es novedosa, ya que fue introducida en el siglo XVIII por Thomas Paine -uno de los padres de la Constitución de los EEUU, inglés de nacimiento, liberal y demócrata de principios- en su obra Justicia Agraria, en la que, entre otras cosas, se cuestiona el origen de la propiedad de la tierra. En cuanto a lo de izquierdistas… bueno, no tanto. Acabo de oír invitaciones a la implantación desde sitios tan alejados del izquierdismo como el foro de Davos, la OCDE o al mismo Zuckerberg, multimillonario fundador de Facebook

La idea de la renta, aún a cuenta de querer eliminar la indigencia (que no la pobreza), tiene muchas y muy dispares interpretaciones y versiones. La Iniciativa Legislativa Popular por una Renta Básica presentada en el Parlamento español en enero de 2014 y aprobada en marzo del mismo año (la admisión a trámite, no la ley) estipula la garantía de ingresos suficientes para que todos los ciudadanos superen el nivel del umbral de la pobreza (unos 630 euros en el momento del cálculo). La mayor objeción a esta propuesta es la supuesta desincentivación al trabajo poco remunerado. ¿Quién va a querer limpiar escaleras, o vigilar un parking largas horas por 740 euros si va a cobrar 630 sin hacer nada? El lado bueno sería que habría que aumentar los salarios de este tipo de trabajos de remuneración baja para hacerlos plausibles, lo que, a su vez, haría aumentar los demás salarios haciendo así sacar humo a la máquina de hacer billetes, lo que produciría una alta inflación que, a la larga, (y según los apóstoles del mercado) sería empobrecedora para todos.

Pero vayamos a la genial y extravagante idea de la Renta Básica Universal (RBU) pura. Sería una cantidad (pongamos 630 €) que cobraría “todo el mundo” en una nación o colectividad: Amancio Ortega, Rodrigo Rato, Bárcenas, el Bombero Torero, el dependiente de Mercadona y la funcionaria del departamento de multas del Ayuntamiento, el indigente, el vago, el maleante, el maletilla y el autónomo. Todo el mundo tendría derecho, a partir de cierta edad, al cobro de la renta mínima por el hecho de ser residente español, europeo, catalán o lo que fuere. ¿Qué efectos tendría en uno y otro? El millonario ignoraría el ingreso como a un mosquito en la estepa, al indigente le salvaría la papeleta proporcionándole comida y ropa, al vago le financiaría modestamente su vagancia con sus veinte eurillos diarios y al dependiente de Mercadona, al autónomo y a la funcionaria de las multas (que Dios se apiade de ella) les proporcionaría ese plus que hacen la vida algo más sencilla. Así, en principio, la medida parece que sea el bálsamo de Fierabrás, capaz de curar tanto calenturas como chichones.
La medida no resultaría desincentivadora para con el trabajo puesto que se añade al salario, aliviaría la pobreza extrema y no sería tan cara de aplicar ya  que vendría a sustituir ayudas sociales, seguro de desempleo, etc. ¿Qué impediría, por tanto, implementar la medida? No lo sé. ¿Sería beneficiosa para la sociedad? No tengo la menor idea. Me gustaría tener convicciones al respecto, pero lo cierto es que los ideológicamente tibios no tenemos fuertes convicciones como los políticos, tan seguros de todo, pero si de anticipar consecuencias se trata, ahí van algunas.

- Comoquiera que el umbral de la pobreza se establece con arreglo a un determinado porcentaje de los ingresos medios, tendríamos el mismo número de pobres con 630€ más al mes.
- Las tensiones fronterizas que podría generar el hecho de que en un país (o en varios) se cobrara 630 euros por no hacer nada serían colosales. En el 80% del mundo, que incluye África, gran parte de Asia y Latinoamérica esa cantidad es toda una fortuna, con lo que el éxodo por tierra mar y aire hacia la tierra prometida estaría garantizado.
- Intuyo que se produciría una beneficiosa migración al deshabitado mundo rural. Multitud de personas que viven en las ciudades se volverían a ocupar las casas deshabitadas de los pueblos para vivir de la tierra abandonada de sus antepasados respaldados por la seguridad de una renta mínima que les garantizaría la supervivencia, lo que podría ser la solución contra la infausta y por ahora irremediable despoblación del mundo rural.

Estas y otras muchas consecuencias se derivarían de una solución de este tipo. Te invito, lector, a que, en tu sagacidad y buen juicio, añadas a esta lista tus propias predicciones que serán, sin duda, más profundas y certeras que las de un servidor.

Román Rubio
Junio 2017

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