RENTA
BÁSICA UNIVERSAL
Parece ser que
cada vez es menos necesario el trabajo de las personas. Las máquinas, los
ordenadores, la robótica y la optimización de los métodos de trabajo hacen más
eficientes los procesos productivos y cada vez más se van necesitando menos
mano de obra y, por lo tanto, menos trabajadores. La idea de “una persona, un
puesto de trabajo” se va haciendo cada vez más obsoleta. Somos pocos –o son
pocos los que nacen- y aún así sobramos (unos más que otros) para el mercado de
trabajo.
Ante la
evidencia, empieza a extenderse la idea de la necesidad de una Renta Básica
Universal, es decir, un sueldo para todos y cada uno de los ciudadanos, pegue o
no pegue palo al agua. La idea, en principio, parece una iniciativa radical de
izquierdistas impenitentes como Monedero o Varufakis (que la apoyan), pero en
realidad no es así. No es novedosa, ya que fue introducida en el siglo XVIII
por Thomas Paine -uno de los padres de la Constitución de los EEUU, inglés de
nacimiento, liberal y demócrata de principios- en su obra Justicia Agraria, en la que, entre otras cosas, se cuestiona el
origen de la propiedad de la tierra. En cuanto a lo de izquierdistas… bueno, no
tanto. Acabo de oír invitaciones a la implantación desde sitios tan alejados
del izquierdismo como el foro de Davos, la OCDE o al mismo Zuckerberg, multimillonario
fundador de Facebook
La idea de la
renta, aún a cuenta de querer eliminar la indigencia (que no la pobreza), tiene
muchas y muy dispares interpretaciones y versiones. La Iniciativa Legislativa
Popular por una Renta Básica presentada en el Parlamento español en enero de
2014 y aprobada en marzo del mismo año (la admisión a trámite, no la ley)
estipula la garantía de ingresos suficientes para que todos los ciudadanos
superen el nivel del umbral de la pobreza (unos 630 euros en el momento del
cálculo). La mayor objeción a esta propuesta es la supuesta desincentivación al
trabajo poco remunerado. ¿Quién va a querer limpiar escaleras, o vigilar un
parking largas horas por 740 euros si va a cobrar 630 sin hacer nada? El lado
bueno sería que habría que aumentar los salarios de este tipo de trabajos de
remuneración baja para hacerlos plausibles, lo que, a su vez, haría aumentar
los demás salarios haciendo así sacar humo a la máquina de hacer billetes, lo
que produciría una alta inflación que, a la larga, (y según los apóstoles del
mercado) sería empobrecedora para todos.
Pero vayamos a
la genial y extravagante idea de la Renta Básica Universal (RBU) pura. Sería
una cantidad (pongamos 630 €) que cobraría “todo el mundo” en una nación o
colectividad: Amancio Ortega, Rodrigo Rato, Bárcenas, el Bombero Torero, el
dependiente de Mercadona y la funcionaria del departamento de multas del
Ayuntamiento, el indigente, el vago, el maleante, el maletilla y el autónomo. Todo
el mundo tendría derecho, a partir de cierta edad, al cobro de la renta mínima
por el hecho de ser residente español, europeo, catalán o lo que fuere. ¿Qué
efectos tendría en uno y otro? El millonario ignoraría el ingreso como a un
mosquito en la estepa, al indigente le salvaría la papeleta proporcionándole
comida y ropa, al vago le financiaría modestamente su vagancia con sus veinte
eurillos diarios y al dependiente de Mercadona, al autónomo y a la funcionaria
de las multas (que Dios se apiade de ella) les proporcionaría ese plus que
hacen la vida algo más sencilla. Así, en principio, la medida parece que sea el
bálsamo de Fierabrás, capaz de curar tanto calenturas como chichones.
La medida no
resultaría desincentivadora para con el trabajo puesto que se añade al salario,
aliviaría la pobreza extrema y no sería tan cara de aplicar ya que vendría a sustituir ayudas sociales,
seguro de desempleo, etc. ¿Qué impediría, por tanto, implementar la medida? No
lo sé. ¿Sería beneficiosa para la sociedad? No tengo la menor idea. Me gustaría
tener convicciones al respecto, pero lo cierto es que los ideológicamente
tibios no tenemos fuertes convicciones como los políticos, tan seguros de todo,
pero si de anticipar consecuencias se trata, ahí van algunas.
- Comoquiera
que el umbral de la pobreza se establece con arreglo a un determinado porcentaje
de los ingresos medios, tendríamos el mismo número de pobres con 630€ más al
mes.
- Las
tensiones fronterizas que podría generar el hecho de que en un país (o en
varios) se cobrara 630 euros por no hacer nada serían colosales. En el 80% del
mundo, que incluye África, gran parte de Asia y Latinoamérica esa cantidad es
toda una fortuna, con lo que el éxodo por tierra mar y aire hacia la tierra
prometida estaría garantizado.
- Intuyo que
se produciría una beneficiosa migración al deshabitado mundo rural. Multitud de
personas que viven en las ciudades se volverían a ocupar las casas deshabitadas
de los pueblos para vivir de la tierra abandonada de sus antepasados
respaldados por la seguridad de una renta mínima que les garantizaría la
supervivencia, lo que podría ser la solución contra la infausta y por ahora
irremediable despoblación del mundo rural.
Estas y otras
muchas consecuencias se derivarían de una solución de este tipo. Te invito,
lector, a que, en tu sagacidad y buen juicio, añadas a esta lista tus propias
predicciones que serán, sin duda, más profundas y certeras que las de un
servidor.
Román Rubio
Junio 2017
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