CELTIBERIA
SHOW
Luis Carandell
era uno de esos catalanes de Madrid con
seny. Cronista parlamentario y periodista de clase tuvo una celebrada
columna en la revista Triunfo durante muchos años con el nombre de Celtiberia Show. Para muchos como yo era
un argumento para comprar la revista cuando salíamos de viaje en aquella España
preAVE y empezar a leerla por la simpática columna, en dónde Carandell recogía
y comentaba con fina ironía todo el anecdotario racial y esperpéntico que daba
de sí aquella España primitiva, ignorante
y orgullosa, de locales llenos de humo y carreteras plagadas de SEAT 127. Tengo
el dudoso honor de haber sido objeto (bueno, no yo, sino un texto que redacté
para cierta comisión de fiestas) de uno de sus jugosos y divertidos artículos,
contenido que callaré para salvaguarda de la poca reputación que me queda. ¡Ay,
la juventud! El nombre no está escogido al azar. Aludiendo a Celtiberia quería
el autor, sin duda, atribuir a esa remota, a la vez que céntrica región, todas
las esencias y carencias de la España rural y profunda. Para enmarcar geográficamente
ese país impreciso me remito a la wikipedia: “Vendría a coincidir con el territorio antaño poblado por las
tribus celtíberas, sirviendo de vértices de la región, orientativamente, las
ciudades de: Sigüenza y Molina de Aragón (Guadalajara), Medinaceli, Burgo de
Osma y Soria (Castilla y León) y Teruel, Daroca, Calatayud y Tarazona (Aragón)”.
Este es el marco que configura una región
agreste y mesetaria, con una densidad de población similar a la de Laponia y
que vendría a personificar, para el periodista catalán, ese hinterland español guardián de las esencias más ancestrales y
primitivas de Iberia.
Hoy,
Carandell tendría que incluir en esa Celtiberia estrafalaria a la ciudad de
Sabadell, regida por la izquierda irredenta (la CUP, ERC y otros). En su
delirio antiespañolista (además de anticapitalista y anti casi todo), la
Concejala de Cultura Montserrat Chacón, de ERC y con un apellido tan catalán, ha
encargado un estudio al historiador local Josep Abad, de apellido también
catalán de pura cepa, para la renovación
del nomenclátor del callejero de la ciudad. El delirante resultado es bien
conocido dado el amplio eco que ha tenido en toda la prensa nacional. El
informe estima que el nombre de Antonio Machado debe desaparecer del callejero
sabadellense por “españolista” y “anticatalanista”. Está claro que con aquello
de: “Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, (…) mi juventud, veinte
años por tierras de Castilla;…” Don Antonio confiesa ser español, no sé si
españolista, pero tampoco dio nunca muestras de ser anticatalanista. Al menos
no más que Einstein, Mozart, Dostoiewski o el Dr Fleming (el de la penicilina,
no el de las novelas de 007). En mi ciudad hay una plaza dedicada a Nelson
Mandela y no me consta que hiciera el hombre declaración alguna de valencianía
ni nadie, en su sano juicio, se lo habría exigido. También proscribe el informe
nombres como el de Quevedo, Lope de Vega o Góngora, todos ellos “excesos de un
modelo pseudocultural franquista”. ¡Ay, si Quevedo levantara la cabeza, que
murió, el pobre, sin llegar a saber que formaba parte de un “modelo
pseudocultural franquista”! Una lástima, pues nos habría dejado algún magistral
soneto sobre tan entretenido tema. El despropósito continúa cuestionando los
nombres de regiones españolas como La Rioja o Región de Murcia, de donde
provienen tantos sabadellenses (quizá el mismo autor y la misma concejala) y a otros personajes que, como Dolores
Ibarruri, “mostró una postura ética cuestionable al apoyar a Stalin”. Y toda
esa ridícula polvareda levantada por un señor que se llama Abad, apellido
originario de Guipúzcoa y extendido por toda España, cercano a la CUP, y una
señora que se llama Chacón (de ERC) cuyo apellido es, para algunos de origen
gallego y navarro para otros, arraigado en Ocaña (Toledo).
¡Cuánto
se echa hoy de menos a tipos como don Luis, de apellidos Carandell i Robusté,
estos sí, catalanes de pura cepa o don Manuel, apellidado Vázquez Montalbán,
natural de Barcelona y de ancestros murcianos. A ver si estos
catalanes-madrileños o murcianos-catalanes eran capaces de añadir un poco de
cordura y seny a la estupidez de
tantos.
P.D.
El Alcalde de la ciudad, Maties Serracat, de la CUP, probablemente presionado
por la magnitud de las críticas, ha declarado finalmente que “Machado se
queda”. Veremos a ver qué pasa con Lope, Quevedo y los demás. La CUP y ERC
tienen la palabra.
Román
Rubio
Agosto
2017
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