sábado, 13 de enero de 2018

INFANTILISMO

INFANTILISMO
Herrero de Miñón es un político de derechas jubilado y jurista de prestigio. Muchas tardes nos ilustraba y distraía con sus inteligentes comentarios  en la Tertulia de los sabios de La Ventana de Gemma Niega en la SER en donde, en compañía de otros dos grandes, Santiago Carrillo y Ernest Lluch, comentaba la actualidad, la vida, la muerte y otras nimiedades en un tono de camaradería, confrontación de ideas y sintonía personal de viejo y de sabio, haciendo honor al nombre de la tertulia. Como sabemos, Carrillo murió en la cama. De viejo y de fumador. A Lluch se lo cargó la ETA. ¿Por moderado?, ¿por inteligente?, ¿por culto? Habrá que ir a la cárcel a preguntárselo a Txomin. Pero más que por tertuliano, a Herrero de Miñón se le recordará por ser uno de los padres de la Constitución.
Hace poco ha hablado de ello: de la Constitución. De la posibilidad de reformarla y de la ilegalidad de desobedecerla. Y lo ha hecho como siempre, con sentido común. Ha dicho que se puede hacer la reforma si así se quiere, pero siempre desde la contemplación de sus reglas. Que no se la puede saltar uno con la excusa de que queda estrecha o (supuestamente) obsoleta. Para ilustrar el desacato ha buscado un símil extremo y claro. Es como el juez que debe actuar ante el caso de un maltratador que ejerce el maltrato a su mujer con el argumento de que esta era insoportable. “Bien, estoy dispuesto a aceptarlo, pero usted es un criminal”, resume el juez. El ejemplo es meridiano. Haya lo que haya detrás, la agresión es un delito y será castigado por la ley. Punto.
Pobre don Miguel. La que le ha caído. Los cagalimpitos, ayatolás de la corrección política y guardianes de las llaves del templo de la moral moderna, se han lanzado a degüello. “Herrero de Miñón compara la desobediencia a la Constitución con la violencia machista”. Así en, prácticamente, todos los medios. Pues, sí, señores. El jurista empleó el símil para destacar quién es el villano de la sala. Y lo hace buscando un caso extremo e incuestionable en el que todo el mundo vea claro, por lo obvio, quien es el delincuente. En un caso, el que viola la Constitución cometiendo rebeldía y prevaricación, y en el otro, el agresor. Es solo un ejemplo. Un símil. Como hacía Cristo con aquello de las semillas y el pedregal o el hijo pródigo. ¿Entienden? En ningún momento “trivializa” nada. Por el contrario, lo pone como ejemplo de delito incuestionable. Lo de muchos es, en verdad, obsesivamente enfermizo. Pero sobre todo, falso y falsario. El mensaje de la noticia era otro, aunque para la 6, como para tantos otros medios, el mensaje fuera la “trivialización” de la violencia machista. Farsantes. Y malos periodistas.

A continuación intervino Roca, otro padre de la Ley de leyes y se le ocurrió comparar la actitud de Cataluña con España con la persona que quiere el divorcio, y ahí los  fanáticos de las esencias estuvieron más dubitativos. “¿Nos rasgamos las vestiduras, o no? No sé. Esperaremos a ver qué hacen o dicen los otros”.

El fin de semana anterior, en Asturias, unos simpáticos mocetones del lugar, aprovechando que nevaba intensamente, decidieron subir al Angliru en el todoterreno de uno de ellos. Por diversión. El coche, como era previsible, se atascó y dijo que ni para adelante ni para atrás. Los muchachos, ante la perspectiva de pasar horas encerrados en el coche, llamaron a Emergencias: “Ring, ring. Que estamos aquí, en el Angliru, atascados. Que vengan a por nosotros”. En Emergencias, con quienes tuvieron cuarenta comunicaciones, les dijeron que se quedaran en el coche o bajaran andando, que solo estaban a cuatro kilómetros y ellos estaban para el rescate cuando había riesgo para las personas y no para evitar incomodidades a jóvenes imprudentes y se echaron las manos a la cabeza cuando el intrépido asturiano le contestó que algunos iban con deportivas y chándal. Al fin, alguien del lugar subió con su 4X4 y, desinchando las ruedas “un attimo” y con algo de pericia en la conducción, les bajó el coche. Sin más. ¿Y qué dijo el alegre joven conductor atascado en la nieve una vez fue rescatado de territorio comanche? Que lo volverá a hacer. Esa “aventura” y otras más gordas. ¿Adónde pensará ir el tipo la próxima vez? ¿Al Everest en pijama y con un móvil para llamar cuando tenga frío? ¿Es que nadie se va a hacer responsable de sus propios actos en este país excepto la Guardia Civil? Bueno, después de lo de Tejero, claro.


Román Rubio
Enero 2018

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