“CAPACIDADES DIFERENTES”
Lo acabo de leer en un periódico: «El Centro Educativo Juez
Rotenberg (JRC) de Massachusetts castiga a sus alumnos de “capacidades diferentes” utilizando un tratamiento similar desde
hace 30 años» (las comillas de la expresión en cursiva son mías). Me ha saltado
a la vista la expresión alumnos de “capacidades
diferentes” para referirse a “discapacitados”.
El campo de las minusvalías físicas, psíquicas y sensoriales es el “otro” gran campo
semántico (junto con el del feminismo y el de la raza) en el que la dimensión
connotativa de las palabras se desgasta más rápidamente. Veamos:
La diversidad funcional
(física, psíquica y sensorial) está pugnando por sustituir a lo que hasta hace
unos días era una discapacitación. El
término discapacitado, que había sido
sustituido por la perífrasis persona
discapacitada —por razones que se me escapan— había venido para quedarse en
sustitución de las desgastadas minusvalía
o minusválido que, por acarrear
consigo el prefijo minus (que denota
merma, carencia o disminución), parece molestar a aquellos que se inclinan por
usar el concepto, más neutro, de diverso o diferente.
En un artículo anterior titulado Eufemismos expliqué como en el año 1968 el entonces gobierno
franquista promulgó un Decreto Ley con el objetivo expreso de regular y
potenciar la protección del menor con taras o minusvalías psíquicas o físicas. Se
trata del Decreto 2421/1868 del 20 de septiembre, en cuyo preámbulo se puede
leer: “(…) Un programa de protección a los menores subnormales debe atender a
su bienestar y rehabilitación, protegiendo, ayudando y reeducando al deficiente
o disminuido para hacer efectivas (…)”. ¿Subnormales?, ¿deficiente?,
¿disminuido? ¿Trata la ley acaso de vilipendiar y humillar cruelmente a un
colectivo ya de por sí tan vulnerable y en tan clara desventaja? En absoluto.
La iniciativa trataba de “proteger” al desventajado menor. En cuanto al término
subnormal, no dejaba de ser en la
época un eufemismo adoptado para neutralizar los ya enormemente peyorativos, idiota o imbécil, comunes en manuales de psiquiatría del siglo XIX y
principios del XX.
Siempre ocurre lo mismo: las palabras que designan cosas no
deseables son sustituidas por otras, más neutras, que pronto se impregnan de la
misma connotación negativa.
Pero volvamos al caso de Massachusetts: de nada les sirve
a los “alumnos de capacidades diferentes”
tener un apelativo tan decoroso mientras tienen la desgracia de ser los únicos del país
en ser castigados o “tratados” con descargas eléctricas como método de
modificación de conducta, en una conductista y brutal “terapia de aversión” avalada
por una jueza y con la connivencia y aprobación de los familiares de los
desventurados, pese a las protestas de la Unión Americana por las Libertades
Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés).
De lo que se deduce que las palabras pueden no ser sino envoltorios,
celofanes con los que los que los devotos del papanatismo gustan de envolver su
necedad. Imagino que a muchos de los internos les importará menos como se les
llama que el hecho de recibir una descarga eléctrica cada vez que, por ejemplo,
se niegan a quitarse el abrigo en el comedor, ¡digo yo!
He encontrado un diccionario de observancia de la corrección
política en el inglés americano. Ahí van unos pocos ejemplos:
Melanin impoverished (Pobre en melanina) Blanco
Numerically challenged grup (Grupo numéricamente amenazado) Minoría
Sewing machine operator (Operador/a de máquina de coser Modista/modisto
Snow person (Persona de nieve) Muñeco/hombre de nieve
Young female person (Persona femenina joven) Chica (sustitutivo de girl)
Optically inconvenienced/ Optically challenged (Ópticamente mermado)
Ciego
Client of the correctional system (Cliente del
sistema correccional) Preso
Échenle un vistazo. No tiene desperdicio.
Román Rubio
Julio 2018