LA
IMPORTANCIA DE LLAMARSE LOPEZ
Todos conocerán, aunque sea de oídas, la famosa obra
de Oscar Wilde, La importancia de
llamarse Ernesto, y muchos se preguntarán la razón de tan aparentemente
absurdo título, en una obra a la que se considera un monumento a la trivialidad
y que el mismo Wilde defiende diciendo: “deberíamos tratar las cosas triviales
de la vida con seriedad y las cosas serias de la vida con sincera y estudiada
trivialidad”. Puro Wilde. Vale que el protagonista (o uno de ellos, con el
permiso de Algernon) se hace llamar Ernesto y que los nombres tienen cierto
protagonismo en el andamiaje de la historia. Aún así…ningún editor o productor
se atendría a mantener un título tan soso. A no ser, claro, que fuera inglés.
En esa lengua, el título, The Importance of Being Earnest, tiene múltiples lecturas, pues
juega con los homófonos Ernest (Ernesto) y Earnest (serio, sincero, formal), de
modo que, si nos atenemos a la pronunciación, lo podríamos entender tanto por La importancia de llamarse Ernesto como
por La importancia de ser honesto, lo
cual, considerando el tema de la obra adquiere un significado más que
sofisticado.
En nuestra lengua, López es López (o Lopez, sin
acento, para los del Bronx). No hay subterfugio ni doble sentido con el que se
pueda jugar. No sabemos las connotaciones y sugerencias que el nombrecito pueda
evocar en oídos ajenos a la lengua española. A nosotros, los apellidos acabados
en “z” como López, Martínez o Gutierrez, nos suenan corrientes tirando a vulgar.
Aún así, Jennifer, la que quizá sea la persona más popular del Bronx, mantiene
su apellido con gallardía y dignidad.
El otro día, en una gala benéfica en los Ángeles,
presentó a su hija Emme Muñiz, que la acompañó en el escenario, con lenguaje
inclusivo. Según el diario digital en el que he leído la noticia, y cuyo nombre
omito por pudor, la diva del Bronx comentó sobre su hija que:
“Elle esta muy ocupade, es
reservade, me cuesta mucho cuando elle sale, pero vale cada centavo porque es
mi socie directe favorite de todos los tiempos, así que si me permiten…”,
queriendo,
de este modo, subrayar el género no binario de la hija de 14 años.
Claro,
que la alocución se produjo en inglés, como es natural, dado el contexto y la
naturaleza de sus protagonistas, y las expresiones “elle”, “ocupade”, etc., no
se produjeron.
En
inglés, los participios/adjetivos como “ocupado”, “cansado” o “aburrido” no
admiten formas de femenino o plural, al modo de “cansada”, “cansados”, “aburrida”,
“aburridas”, etc. Para ellos todo es tired o bored, de modo que solucionan lo del lenguaje inclusivo cambiando
únicamente el pronombre, sustituyendo las referencias de “he” (él) o “she” (ella)
por “they” (ellos), lo que no hace sino
aumentar la confusión. En realidad, la alocución de la Lopez se produjo así:
"So this is a very special
occasion, because they’re very, very
busy and booked and pricey. They
cost me when they come out, but they’re worth every single penny
because they’re my favorite duet
partner of all time. So if you would indulge me."
Lo que, traducido de manera literal,
quedaría algo así como: Es una ocasión muy especial porque “ellos” están muy, muy ocupados, con
muchos compromisos y son costosos de
conseguir, pero valen cada centavo porque son
mis compañeros de dúo favoritos, de modo que si me permiten…
Ya ven, cuando habla de “ellos”
solo habla de su propia encantadora hija de 14 años, aunque parezca que
se refiera al Regimiento de Regulares de Melilla.
Hay que ver, lo que se pierde en la
traducción. O lo que se gana, que no lo tengo claro.
Román Rubio
Junio 2020
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