COWORKING
En los
bajos de la casa donde vivo están terminando unas obras que han durado una
eternidad y han transformado lo que era un gimnasio en algo difícil de
determinar. No se trataba de una tienda ni un supermercado ni obedecía la
estructura a lo que podía ser un estudio profesional. Las pesquisas de los
vecinos han sido innumerables, y al final de la jugada se ha desvelado el
misterio: están haciendo un coworking.
En conversación con un vecino, medianamente indignado, salió el tema de la
denominación del espacio. ¿Coworking?, se expresaba airoso el profesor de
matemáticas jubilado; ¿es que no hay una palabra en español y hay que recurrir
siempre al inglés?
Si
Macondo era un lugar tan al albor de los tiempos que para designar las cosas
había que señalarlas con el dedo, en nuestro tiempo parece que para el
propósito haya que recurrir sí o sí al inglés, decía el instruido y medianamente
indignado viejo profesor. ¿Y cómo llamarías tú a ese espacio?, dije yo,
poniéndole en un pequeño aprieto, ya que —tal y como ocurre en política— es más
fácil criticar y quejarse que proponer soluciones. Al final, tras un pequeño
debate, llegamos a la conclusión consensuada de que la más precisa denominación
en castellano sería “espacio de trabajo
compartido”. Los dos convinimos, pues, que en este caso la precisión del
inglés mejora el acto comunicativo en la medida de que es capaz de decir con una
sola palabra lo que el español necesita cuatro: un ahorro de tiempo precioso
para malgastar haciendo meditación, ver series o ir al psiquiatra, actividades
favorecidas por un gran número de jubilados y otros civiles y militares.
También acordamos que hay otras expresiones innecesarias y pedantes, como es el
caso de “fake news” para decir,
simple y llanamente “bulo”.
Tras el
encuentro anduve yo meditando acerca de la ingente cantidad de vocablos
ingleses que se van introduciendo en nuestra lengua al tiempo que pensaba en
posibles alternativas castellanas.
Gentrificación: Una de las apariciones estrella
llegada para quedarse. Viene del inglés gentry,
que es esa clase social conocida como establishment,
que compra los cottages y las granjas
de la campiña inglesa y las reconvierten en casas de fin de semana para
desaliento de los locales — entre otras vilezas—.
Bizarro/a: Hasta hace poco significaba
valiente, esforzado. Últimamente se ha colado la acepción de raro o
extravagante que tiene en inglés y en francés. Raramente dicen algunos hoy
raro; prefieren decir bizarro. Bienvenida sea la palabra.
Real Estate: Absolutamente prescindible: Se
puede decir en español propiedad inmobiliaria, bienes raíces, inmueble o finca,
dependiendo del contexto.
Hub: (léase jab, no jub ni jiub):
Otro invitado profuso. Puede ser eficaz en algunos contextos, como en el de un
gran aeropuerto en el que se cambia los aviones, ya que en español deberíamos
usar algo tan feo como “intercambiador” (prefiero hub de todas todas). En otros contextos está la alternativa “centro
logístico” o “centro de operaciones” y para la mayoría de los casos tenemos la
estupenda palabra “nodo”, que nada tiene que ver con aquel NoDo de mayúsculas y
grises memorias en donde siempre ganaba el Real Madrid.
Cluster: (españolizado como clúster): Me
parece una buena adquisición, al menos en su sentido más usado. La alternativa
más exacta sería “conglomerado de empresas de ámbito o actividades comunes y
generalmente ubicadas en la misma zona”. Olvídense: se quedarían sin aliento
mientras otro dice lo mismo con dos sílabas.
Espóiler: Adaptación muy acertada del
inglés spoiler, que se refiere a la
revelación del desenlace de obras de ficción para lo que en el español no veo
alternativa que no sea la fea “destripe”.
Lo que muchos usuarios ignoran es que spoil
en inglés tiene un campo semántico muy amplio que no se refiere solo al citado.
Un spoiler es también el alerón de un
coche y spoil puede significar también
echar a perder la comida o mimar a un niño (spoiled
child, niño mimado), etc.
Data, Big Data: Poco que comentar. Data significa datos, pues es el plural
latino (e inglés) de datum.
Perfectamente sustituible por “archivo de
datos”.
Start Up: Otro invitado conspicuo.
Significa empresa incipiente. Así de fácil.
Hacker: No veo una buena alternativa.
Podría ser “pirata informático”, pero
dado que el término pirata tiene connotaciones negativas y parece ser que hay
hackers buenos, prefiero seguir usando la palabra inglesa.
Lease: Arrendamiento, alquiler. Aunque
en nuestro país se emplea como alquiler con opción de compra.
He
puesto solo las palabras que se me iban ocurriendo de camino a mi casa. Me
asomé al coworking y la verdad es que
tiene muy buena pinta. Espero y deseo que les vaya muy bien. Me molesta que
tras grandes inversiones en trabajo y dinero los negocios vayan mal, aunque
debo confesar que no hace mucho que aprendí una nueva expresión que viene
usándose en la prensa anglosajona y que quizá se transmita a nuestra habla, al
menos en las publicaciones petulantes: “Urban
doom loop”, que se podría traducir como “espiral fatalista urbana”, que se
viene dando en San Francisco y otras ciudades. El espacio de oficinas se va
vaciando a efectos del trabajo en remoto, los ayuntamientos recaudan menos, dan
menos servicios y las ciudades se empobrecen y deterioran. Que no ocurra esto.
Casi prefiero la gentrificación.
Román
Rubio
Octubre
2023
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