QUE BOMBARDEEN BADAJOZ
Algunos creen
que todo se arregla bombardeando. Trump ha presentado sus planes de aumentar en
cincuenta y tantos mil millones el gasto militar de su país y conmina a los
demás a que hagan lo mismo. Y con éxito, además. De momento ya le sacó a Merkel
el compromiso de un aumento del gasto alemán en “defensa” y también el
compromiso español (este sin presión alguna, todo sea dicho) de un aumento
hasta llegar al 2% del PIB. Los franceses y otros también están por la labor,
bien sea convencidos por la Administración Trump o por propia iniciativa. Ellos
sabrán.
Y ¿para qué
quieren aumentar los países más poderosos su gasto en “ofensa”, llamada
eufemísticamente “defensa? Para atacar al debilucho y bombardearle de manera
inmisericorde en su terreno. O así se lo oí decir a Marhuenda una y otra vez en
los cinco minutos que sintonicé el programa del sábado en la Sexta. Según el
valiente director de La Razón, para prevenir los ataques terroristas en
Occidente había que intervenir contra el islam (supongo que se referiría al
ISIS) en “su propio terreno”, cosa que la cobarde Europa no estaba dispuesta a
hacer y que por eso estaba pagando las consecuencias. Solo si actuaba
militarmente “en el terreno” como lo hace EEUU (cuando no está gobernado por el
cobarde Obama, que no hace más que retirarse de guerras), conseguirá librarse
de la lacra del terrorismo islamista.
Como siempre,
matando las moscas a cañonazos, como Kim Jong-un, que mandó ejecutar a su
ministro de Defensa Hyon Yong-un con un cañón antiaéreo por el imperdonable
crimen de… dormirse en un desfile militar.
Veamos: hay un
tipo en Birmingham, con antecedentes de haber rajado la cara de alguien con una
navaja y alguna que otra estancia en las cárceles de Su Majestad -en donde hizo
muchas pesas y se convirtió al islam- que alquila un Hyundai negro, se sube a
una acera del centro de Londres y arrolla a todo el que pasaba por allí, para,
a continuación, matar a navajazos a un policía que hace guardia en el Parlamento.
Otro personaje similar hizo lo propio en Berlín las pasadas Navidades y otro
más, en Niza, había cargado contra la multitud con un camión alquilado, y
Marhuenda y otros valientes quieren solucionar el problema, y hasta prevenirlo,
“bombardeando Siria”, haciendo buena la teoría del caos y su precepto de que “una
mariposa agitando las alas en Hong Kong puede ocasionar un pedrisco en Requena”.
¿Pero es que
no han entendido que los ejércitos solo sirven para combatir a otros ejércitos?
A mediados del siglo pasado los americanos enviaron un ejército a Europa, no
para combatir a tipos que alquilaban vehículos para atropellar a la gente, sino
para derrotar a la Werhmatch, el más poderoso ejército de la época. Y lo consiguieron.
La semana
pasada, la policía detuvo a unos sospechosos de pertenecer a la “yihad de la
palabra” en Benetusser (Valencia) y en Roda de Ter (Barcelona). El “yihadista
de la palabra” de Barcelona, el marroquí Tarik, entre otras actividades de proselitismo,
logró captar para la causa a su novia Diana. Esta, de estética skin (según la
policía local) cambió de aspecto e ideología y se transformó en una chica con
velo y chilaba para pasmo de su madre, sobre todo el día que la chica le dijo
que “su Dios era Alá y que estaba dispuesta a morir por él”. La madre también
le dijo a la policía que Diana, su hija, “intentaba convencer a unas primas
suyas de Badajoz para que se convirtieran al Islam”, con resultado incierto. La
nueva conversa proclamaba que: “ahora me
va todo ese rollo de la yiha (sic)”.
Pues eso, que
bombardeen Badajoz.
Román Rubio
Marzo 2017